FERIA DE SAN ISIDRO

Tomás Campuzano se despide "reconocido por la profesión"

Hace algo más de dos décadas, Tomás Rodríguez Pérez trabajaba en el campo. "Cuidaba ovejas, era un jornalero más", recuerda. Un día incierto, con el ejemplo de su hermano Juan Antonio como referencia, decidió hacer bueno el más cálido, rancio y asentado de los tópicos. Sus apellidos se transformaron en un rumboso Campuzano y... a la gloria por el toreo. La temporada en curso, este matador de toros de 42 años decide dar por concluida una profesión que le ha ocupado los 20anteriores, desde que el 29 de abril de 1979 tomara la alternativa en Sevilla. Hoy cumple su última cita en una plaza, la de ...

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Hace algo más de dos décadas, Tomás Rodríguez Pérez trabajaba en el campo. "Cuidaba ovejas, era un jornalero más", recuerda. Un día incierto, con el ejemplo de su hermano Juan Antonio como referencia, decidió hacer bueno el más cálido, rancio y asentado de los tópicos. Sus apellidos se transformaron en un rumboso Campuzano y... a la gloria por el toreo. La temporada en curso, este matador de toros de 42 años decide dar por concluida una profesión que le ha ocupado los 20anteriores, desde que el 29 de abril de 1979 tomara la alternativa en Sevilla. Hoy cumple su última cita en una plaza, la de Las Ventas, en la que ha completado medio centenar de paseíllos."Hacer balance siempre es difícil. Se amontonan muchos y muy buenos recuerdos. Si tuviera que quedarme con algo lo haría con la temporada de 1980. Ese año triunfé en Madrid el Domingo de Resurrección y fue mi arranque. Pero, más allá de este dato, me quedo con el reconocimiento de la profesión, de los profesionales. Esto me hace sentirme orgulloso y, sin duda, satisfecho", afirma Tomás Campuzano. En sus declaraciones la voz satisfacción se deja ver en cada giro, en cada acento. Ni un amago de pesar. "Está claro que no he cumplido todas las metas que me impuse cuando empecé. Pero hasta esto es bueno. Al fin y al cabo, mientras existen objetivos por satisfacer, existe la vida. Si logras todo, ¿qué te queda para después?", declara entre risas para un segundo después cambiar el semblante y recitar grave: "Quizá sí que hay algo que me ha faltado. Nunca he conseguido salir ni por la puerta grande de Madrid ni por la del Príncipe de Sevilla. La he tenido abierta varias veces, pero por la espada, por la tensión... No sé, al final no he podido".

Adolfo Martín

Esta tarde se medirá con los temidos toros de Adolfo Martín. "Es lo que me ofreció la empresa y no quería, bajo ningún concepto, dejar pasar la oportunidad de despedirme de la plaza que me ha dado todo. Por lo demás", continúa sin dar tregua a su desbordante optimismo, "creo que es bonito decir adiós así, con la cara alta y con la conciencia tranquila. Ante todo está la profesionalidad".Llegados a este punto, Campuzano elige la palabra con la que más le gusta identificarse: "Profesionalidad". "Lo más difícil de este trabajo es mantenerse. Una vez que has triunfado, no aflojar nunca. Cada tarde te la juegas como si fuera la primera vez. Esto te cuesta volteretas, perder contratos... Pero, sobre todo, esta profesión te exige pensar las 24 horas en el toro. Los inviernos se pueden hacer muy largos. En América, son cuatro meses alejado de tu familia", comenta con la mente puesta en el inminente retiro. Al final, contento: "Conseguí lo que me propuse. Mis hijas me reclaman".

La corrida de hoy, 30ª de feria: toros de Adolfo Martín para Tomás Campuzano, Miguel Rodríguez y Óscar Higares. A las siete de la tarde.

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