Greenpeace presenta un coche que reduce a la mitad la emisión de CO2

El turismo consume menos y alcanza los 170 kilómetros por hora

El coche Smile consume la mitad de gasolina que un turismo convencional, emite también la mitad de dióxido de carbono (CO2), responsable del cambio climático, y cuesta poco más que los otros pequeños turismos del mercado. La organización ecologista Greenpeace presentó ayer el prototipo de este coche y aseguró que no tiene menos prestaciones ni es menos seguro que los demás.Este vehículo alcanza los 170 kilómetros por hora, consume en carretera menos de 2,5 litros por cada 100 kilómetros, y en ciudad, 3,5 litros. "Con este prototipo se demuestra que no hay razón para seguir derrochando combusti...

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El coche Smile consume la mitad de gasolina que un turismo convencional, emite también la mitad de dióxido de carbono (CO2), responsable del cambio climático, y cuesta poco más que los otros pequeños turismos del mercado. La organización ecologista Greenpeace presentó ayer el prototipo de este coche y aseguró que no tiene menos prestaciones ni es menos seguro que los demás.Este vehículo alcanza los 170 kilómetros por hora, consume en carretera menos de 2,5 litros por cada 100 kilómetros, y en ciudad, 3,5 litros. "Con este prototipo se demuestra que no hay razón para seguir derrochando combustibles fósiles", aseguró el responsable de la campaña de cambio climático y energía de Greenpeace, José Luis García Ortega. Este representante explicó que la clave del Smile está en el motor, que permite ahorrar un 35% de combustible mediante la reducción de la cilindrada y el aumento de la compresión. El resto lo hace el menor peso y algunas mejoras aerodinámicas.

Aplicable a todos

El prototipo dispone de 50 caballos de potencia, alcanza 5.500 revoluciones por minuto y mide 358 centímetros. Ha sido realizado sobre la base de un Renault Twingo, al que se le ha modificado el motor, y ha sido desarrollado por la empresa suiza Wenko. Greenpeace asegura que la tecnología utilizada en el Smile podría aplicarse inmediatamente a todos los automóviles que hay en el mercado, aunque la industria del sector tiene poco interés en introducirla.

El portavoz de la asociación ecologista pidió al Gobierno que fuerce a los fabricantes a que utilicen esta tecnología, estableciendo unos límites máximos de emisiones de CO2 (12 gramos por cada 100 kilómetros) y apoyando que se introduzca esta medida en el resto de los países de la Unión Europea. Greenpeace propone además que se cree la etiqueta energética con el fin de que los consumidores sepan cúanto consume y cuánto contamina cada coche.

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