Felipe González intentó sin éxito que Borrell no abandonara

El ex presidente del Gobierno, Felipe González, trató hasta el último momento de convencer a José Borrell de que no renunciara a ser el candidato de los socialistas a la presidencia del Gobierno. Borrell telefoneó a González el viernes para comunicarle su decisión antes de hacerla pública. Los argumentos del ex presidente no convencieron al candidato, ni tampoco los de Joaquín Almunia, que fue el que más peleó para evitar que abandonara el puesto y cuya consternación impresionó ayer a los dirigentes socialistas baleares que le han visto tanto el viernes como el sábado en actos de partido en la...

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El ex presidente del Gobierno, Felipe González, trató hasta el último momento de convencer a José Borrell de que no renunciara a ser el candidato de los socialistas a la presidencia del Gobierno. Borrell telefoneó a González el viernes para comunicarle su decisión antes de hacerla pública. Los argumentos del ex presidente no convencieron al candidato, ni tampoco los de Joaquín Almunia, que fue el que más peleó para evitar que abandonara el puesto y cuya consternación impresionó ayer a los dirigentes socialistas baleares que le han visto tanto el viernes como el sábado en actos de partido en las islas.

Las razones de González no eran muy distintas a las que le dieron los miembros de la ejecutiva federal desde la tarde del jueves. "Tu estás limpio, y tienes todo el apoyo del partido", así sintetizan el mensaje quienes se esforzaron en evitar que se fuera. A estas razones añadieron la crisis que abría en el PSOE con su decisión. Precisamente esta última razón, pero vista de otra manera, es la que Borrell esgrimió una y otra vez para irse. El ex candidato del PSOE describió a sus compañeros un paisaje de futuro no muy halagüeño e imaginó que durante toda la campaña, y durante los próximos meses, al hilo del proceso judicial, iban a estar saliendo informaciones sobre sus dos ex colaboradores Josep María Huguet y Ernesto de Aguiar, "empañando la campaña", sin posibilidad de introducir otros mensajes y perjudicando al partido.

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Así lo ve Borrell, pero no los demás. Personas del entorno de Felipe González aseguran que el ex presidente no quiso zaherirle el pasado lunes cuando dijo que no había razones para que se sintiera afectado políticamente pero que, al final, eso es una cuestión de "sentimiento personal". "Le estaba enviando el mensaje de que fuera duro, de que resistiera, de que no había razones para que se marchara", interpretan estos interlocutores, que reconocen que González ya sabía que el candidato estaba pensando en abandonar porque sólo unos días antes habían almorzado juntos.

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