La revista "Teatra" celebra la vida con un número dedicado a la muerte

Con la idea de celebrar la vida, la revista Teatra ha dedicado su último número, doble, a la muerte. Un pequeño altar repleto de calaveras, velas, flores, postales de vírgenes y santos y demás cacharrería dedicada a los difuntos presidía este último lunes el vestíbulo del Centro Dramático Nacional, donde los miembros de esta peculiar revista habían convocado una fiesta para presentar su nueva entrega después de dos años de silencio. El colorido y el desenfado con que los mexicanos tratan a la muerte ha sido uno de los hilos conductores que han gravitado en la elaboración del último ...

Con la idea de celebrar la vida, la revista Teatra ha dedicado su último número, doble, a la muerte. Un pequeño altar repleto de calaveras, velas, flores, postales de vírgenes y santos y demás cacharrería dedicada a los difuntos presidía este último lunes el vestíbulo del Centro Dramático Nacional, donde los miembros de esta peculiar revista habían convocado una fiesta para presentar su nueva entrega después de dos años de silencio. El colorido y el desenfado con que los mexicanos tratan a la muerte ha sido uno de los hilos conductores que han gravitado en la elaboración del último número de Teatra, que celebraba también sus primeros quince años de trayectoria. Una trayectoria atípica, heterodoxa y mestiza, que ha abierto el mundo del teatro a otras disciplinas y que ha procurado romper moldes. En ese sentido, la presentación ofreció algunas sorpresas: unos mariachis abrieron fuego con su música y los miembros de la revista aparecieron enmascarados junto al director del Centro Dramático Nacional, Juan Carlos Pérez de la Fuente, que celebró la "resurrección" de la revista. Juan Antonio Vizcaíno, director de la publicación, cerró el acto reivindicando el entusiasmo frente a la queja y afirmando que este número desea enterrar definitivamente el sambenito de la muerte del teatro. Muerteatra, la entrega 12/13 de la revista, se había presentado anteriormente en París de la mano de Fernando Arrabal.