Tribuna:

Torpeza y lucidez

Gratis total viajaba hace años aquel denunciado ministro socialista y su familia a bordo de un buque de la Trasmediterránea desde Valencia a Mallorca. Gratis total se han reunido ahora en Venecia, convocados por el Instituto Aspen, hasta 50 notables oteadores del futuro de la UE y de la globalización de la economía. Consuela saber que en semejante cónclave de la flor y nata euroatlántica la España de Aznar estuvo debidamente representada al menos por un intelectual de la trayectoria de Jota Pedro y por un político del calibre de Rodrigo Rato, acompañados por sus parejas, que, aparte de serlo, ...

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Gratis total viajaba hace años aquel denunciado ministro socialista y su familia a bordo de un buque de la Trasmediterránea desde Valencia a Mallorca. Gratis total se han reunido ahora en Venecia, convocados por el Instituto Aspen, hasta 50 notables oteadores del futuro de la UE y de la globalización de la economía. Consuela saber que en semejante cónclave de la flor y nata euroatlántica la España de Aznar estuvo debidamente representada al menos por un intelectual de la trayectoria de Jota Pedro y por un político del calibre de Rodrigo Rato, acompañados por sus parejas, que, aparte de serlo, lucen con luz y diseño propios y nunca han sido satélites opacos en campo alguno. Todo irreprochable salvo una cierta falta de ambición, porque ¿para cuándo dejamos la constitución de un Instituto Aspen sobre suelo hispánico, según soñara el anterior embajador norteamericano en Madrid? Así que el fin de semana veneciano, con vistas al Adriático, permitió que el capítulo de Aspen se preocupara por la pérdida de competitividad de la UE frente a EE UU. Preocupación a la que se superpuso otra muy del momento, según aclara en el artículo Aznar juega sus bazas nuestro citado representante intelectual. Esa preocupación adyacente trataba nada menos que de "la zozobra que produce una guerra inspirada por Washington, pero conducida torpemente desde Bruselas". Así que, recapitulando, la guerra ha sido inspirada por Washington y esa inspiración se enuncia libre de cualquier adjetivo. Pero, al tiempo, está conducida torpemente desde Bruselas. Es decir, que esa torpeza es el factor añadido desde Bruselas a la inspiración procedente de Washington. Una inspiración que nuestro autor mantiene inobjetada. Pero si la inspiración de Washington, a menos que se diga otra cosa, supone que el inspirador es Clinton, cuanto de torpeza se advierta en la conducción de la guerra efectuada desde Bruselas requerirá de modo análogo la identificación de un torpe con residencia en esa capital.

Según aclara el artículo citado, verdadera narración tomada de la boca misma del caballo, "tras los frustrantes primeros compases del ataque contra Serbia" el inspirador Clinton "podía necesitar la ayuda de un gobernante de la UE". El presidente norteamericano tenía como gran prioridad "mantener la cohesión de los aliados europeos y enderezar la guerra de escaparate orquestada por Solana hasta convertirla en una campaña que dañara de verdad a Milosevic". Cenaban en la Casa Blanca. Clinton había escuchado cómo Aznar sostenía -extraordinaria novedad- que "la OTAN no podía perder en el envite" y, ante esa afirmación, la secretaria de Estado, Madeleine Albright, y el consejero de Seguridad Nacional, Samuel Berger, expusieron que "era imprescindible destruir cuanto antes las infraestructuras de comunicación y abastecimiento de Milosevic hasta conseguir aislarle tanto del mundo exterior como de su propia gente". Esa tesis, acota PJR, fue asumida con facilidad por Aznar.

Pero ahora viene lo mejor del relato autorizado que venimos siguiendo y es cuando refiere cómo "fue entonces, después de unos significativos comentarios de Clinton ante el retrato de Reagan (significativos, pero mantenidos en secreto por considerarlos inadecuados para nosotros los pequeños) cuando se fraguó (¿qué se fraguó?) la idea de que Aznar hiciera una gestión ante uno de los principales dirigentes europeos que mantenía una posición bastante renuente a elevar el listón de los objetivos a bombardear". De acuerdo con esta versión autorizada, nuestro presidente aprovechó la cumbre de Bruselas para plantear la cuestión cara a cara, diríase que al presidente francés, Jacques Chirac. El hecho es que, según subraya con neutralidad el narrador, "en los días siguientes algunas reservas fueron levantadas".

Volvamos al texto para comprobar cómo: "Todo lo que empezó a continuación -bombardeos a la sede del partido de Milosevic, a una de sus residencias y a la televisión serbia- fue la traslación a los hechos de la conversación Clinton-Aznar, elevada este fin de semana en el Consejo Atlántico del cincuentenario a la categoría de doctrina oficial de la OTAN". Aznar ha podido iluminar a Clinton, comprobar que Toñín Blair y él "están hechos el uno para el otro", borrar a Solana y experimentar la que Elías Canetti describe cómo "la alegría del más débil: darle algo al más fuerte". Mientras, aquí, el pueblo todo contento de ver tanta maravilla, tanta lucidez y "tanto virtuosismo para sacar partido de las bazas que el destino ha ido poniendo en sus manos" por parte de nuestro presidente y a la espera de que cualquier día suba a la tribuna del Congreso y nos ponga en situación.

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