La Iglesia selecciona, el Estado paga

La Iglesia ha conseguido recientemente que el Estado se haga cargo de la Seguridad Social y la mejora salarial de 13.000 profesores de religión, cuya titulación, homologación profesional, programación de clase y competencia pedagógica la Administración no controla y ni siquiera conoce. Es una paradójica situación en la que uno contrata y paga otro. La empresa es la Conferencia Episcopal y la Administración se limita a firmar los cheques. A juicio de Gregorio Peces-Barba, rector de la Universidad Carlos III de Madrid, este acuerdo es un escándalo en un Estado aconfesional.En todo caso, el pacto...

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La Iglesia ha conseguido recientemente que el Estado se haga cargo de la Seguridad Social y la mejora salarial de 13.000 profesores de religión, cuya titulación, homologación profesional, programación de clase y competencia pedagógica la Administración no controla y ni siquiera conoce. Es una paradójica situación en la que uno contrata y paga otro. La empresa es la Conferencia Episcopal y la Administración se limita a firmar los cheques. A juicio de Gregorio Peces-Barba, rector de la Universidad Carlos III de Madrid, este acuerdo es un escándalo en un Estado aconfesional.En todo caso, el pacto ha tenido cierto efecto balsámico en las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia, cuya cúpula se ha mostrado muy impaciente con la dificultad del Gobierno para sacar adelante la modificación de la enseñanza de la religión y la alternativa que propugnan los obispos.

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El secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan José Asenjo, aseguró ayer que aún no se ha llegado a un pacto sobre el asunto. Respecto a la posibilidad de que se implante la ética como alternativa, se mostró muy elocuente sobre sus deseos: "¡Ojalá fuera verdad tanta belleza!".

Pero añadió: "Ni en el curso de las conversaciones ni con motivo de la firma del convenio sobre los profesores de religión ha habido por parte del Gobierno ninguna respuesta concreta".

Asenjo se pronunció a favor de la ética, aunque se mostró abierto a que la alternativa sea la historia de las religiones o la fenomenología religiosa.

El PSOE acogió muy negativamente el proyecto. La portavoz de educación, Clementina Díaz de Baldeón, acusó al Partido Popular de azuzar la "guerra de religiones" y dijo que los primeros pasos de Mariano Rajoy se han dirigido a intentar agradar a los obispos a costa del necesario equilibrio, de la tolerancia e incluso de las sentencias del Tribunal Supremo.

"Rajoy se inclina por posiciones anacrónicas y próximas al integrismo religioso", añadió la diputada socialista.

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