EXCURSIONES

JARDÍN BOTÁNICO DE SAN FERNANDO Las raíces del territorio

De la flora de los acantilados a la vegetación salinera y el pinsapo de Grazalema. El Jardín Botánico de San Fernando, inaugurado hace dos meses, se ha conformado como un elemento de cohesión territorial en la provincia de Cádiz, al menos desde el punto de vista de la botánica. Unas 600 especies vegetales, representativas de todos los ecosistemas registrados en la provincia, se distribuyen en los 15.000 metros cuadrados del que fue un antiguo vivero forestal, que a punto estuvo de convertirse en un polígono industrial. En 1995, Roque Trujillo, encargado de la antigua explotación, dio la voz d...

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De la flora de los acantilados a la vegetación salinera y el pinsapo de Grazalema. El Jardín Botánico de San Fernando, inaugurado hace dos meses, se ha conformado como un elemento de cohesión territorial en la provincia de Cádiz, al menos desde el punto de vista de la botánica. Unas 600 especies vegetales, representativas de todos los ecosistemas registrados en la provincia, se distribuyen en los 15.000 metros cuadrados del que fue un antiguo vivero forestal, que a punto estuvo de convertirse en un polígono industrial. En 1995, Roque Trujillo, encargado de la antigua explotación, dio la voz de alarma y el botánico Fernando Saiz diseñó y defendió el proyecto, que fue finalmente aceptado e impulsado por la Consejería de Medio Ambiente. Hacía 200 años que no se construía un jardín botánico en Cádiz. Y es mucho tiempo teniendo en cuenta que la zona fue el centro científico de referencia en el siglo XVIII a través de dos instituciones capitales: el Real Observatorio de la Armada de San Fernando, muy próximo al jardín, y el Real Colegio de Cirugía de Cádiz, donde se formaron para la ciencia José Celestino Mutis y Casimiro Gómez Ortega, padres de la botánica española. Mutis fue responsable de la expedición a Nueva Granada, uno de los hitos de la historia de la ciencia. "Por eso era imperdonable que dejáramos pasar esta oportunidad", afirma Saiz, que recabó apoyos científicos internacionales y nacionales para respaldar su iniciativa. Fruto de sus esfuerzos y de la apuesta de la Junta, el Parque Natural de la Bahía de Cádiz cuenta hoy con un jardín científico y didáctico, que pretende invitar a los alumnos de Secundaria ( de 14 a 18 años) a "experimentar y deducir" como método infalible "para cimentar mejor el conocimiento", sostiene el botánico. "Una imagen vale más que mil palabras, pero una experiencia vivida vale más que mil imágenes", añade. Un túnel de pinos y palmitos bordea el camino de albero que da acceso a un pinar asaeteado por mirtos, lentiscos y espinos. Es la puerta de entrada a la Rocalla de Solana o Jardín de Rocas, integrado por nueve islas de composición geológica distinta. Es el reino de la vegetación adaptada al sol, al viento y la sequía. El paisaje se transforma en una marisma de marea, un ecosistema inundable en tres niveles. Cada uno de ellos exhibe su vegetación específica y adaptada. Dos terrazas centrales separadas por muros de piedra ostionera delimitan el jardín central, entregado a la geometría en 24 cuadrículas iguales. Aquí es posible observar todos los bosques de la provincia, el matorral mediterráneo y los cultivos de hortalizas y frutales. Surcado a la vez por tramos lineales, cada franja permite observar cuál es el resultado de los diferentes grados de humedad que se ha introducido. El 80% de las plantas de todo el jardín son silvestres, que se están cultivando por primera vez. Para ello, la instalación cuenta con los sistemas de riego tradicionales de Andalucía, pensados para el ahorro de agua. Naranjos, cipreses, rosales, palmeras y decenas de flores configuran el área que reproduce los jardines de la Bahía de Cádiz. En el centro, un estanque permite ilustrar al visitante sobre las plantas acuáticas de las lagunas gaditanas. El paseo prosigue hacia el jardín de aclimatación, donde crecen plantas de procedencia americana (acacias, feijoas, jacarandas...) y canaria (dragos, laurisilvas...). La Rocalla de Umbría que cierra el recorrido invita a sumergirse en el silencioso mundo de las gargantas y valles de la serranía, a la vez que sirve de hospital a los helechos endémicos de los cauces de los ríos, en peligro de extinción. El jardín, que no alcanzará todo su esplendor hasta dentro de 10 años, depende ahora de su conservación y de la implicación ciudadana. Datos de interés Visitas: Jueves, viernes y domingos, de 10.00 a 14.00 horas. Gratuitas. Información: 956 59 09 71. Se accede, desde la autovía Cádiz-San Fernando, por el paseo Pery Junquera hasta la calle Coghen número 13.

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