Crítica:POP

Exhibición tecnológica y psicodelia encantadora

Como muestra evidente y sonante de que la psicodelia no tiene por qué ser siempre un subestilo musical tortuoso o psicotizante, este sexteto norteamericano, liderado por el dúo Jonathan Donahue -voz y guitarra- y Sean Grasshopper Mackiowiak -guitarra-, ofreció en Madrid una exquisita actuación que hace buena la frase que les dedicara la crítica inglesa: "Suenan como las más encantadoras bandas sonoras de Walt Disney tocadas a través de una aspiradora".Como fuere, la puesta en escena ya de antemano les distinguió: un paisaje montañoso y nevado al fondo bajo un cielo nocturno en el que se encend...

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Como muestra evidente y sonante de que la psicodelia no tiene por qué ser siempre un subestilo musical tortuoso o psicotizante, este sexteto norteamericano, liderado por el dúo Jonathan Donahue -voz y guitarra- y Sean Grasshopper Mackiowiak -guitarra-, ofreció en Madrid una exquisita actuación que hace buena la frase que les dedicara la crítica inglesa: "Suenan como las más encantadoras bandas sonoras de Walt Disney tocadas a través de una aspiradora".Como fuere, la puesta en escena ya de antemano les distinguió: un paisaje montañoso y nevado al fondo bajo un cielo nocturno en el que se encendía de repente un manto de estrellitas.

Entre los amplificadores, unos pequeños focos seguían en todo momento de forma inteligente las evoluciones de los músicos, o bien deslumbraban al público con sus cambios de luces. Había teclados que se tocaban mediante sensores de luz.

Mercury Rev

Sala Caracol. 2.500 pesetas. Madrid, jueves 18 de febrero.

Toda una exhibición tecnológica puesta a disposición de un repertorio tan exquisito como delicadamente intrepretado.

Mercury Rev venía a presentar las canciones de su tercer disco oficial, Deserter's songs, y a repasar otras de una carrera que se extiende a lo largo de la presente década y que les hace deudores tanto de Velvet Undergroud y Neil Young como de otros sonidos más británicos -los primeros Pink Floyd, los psicodélicos de los ochenta Teardorp Explodes...

Rock progresivo

Así, la renuncia a los lujos sonoros que sólo son posibles en el estudio de grabación dejaba aquí su lugar a un planteamiento de espectáculo clásico de rock progresivo. Rock con momentos de ruido y catarsis, pero, eso sí, ejecutado sin perder de vista la musicalidad de armonías más convencionales y sin la menor intención de crear inquietud en el oyente. El orden de canciones jugaba, además, a favor del grupo, creando expectativas in crescendo, que tuvieron sus momentos más emocionantes en la recreación del clásico de los Velvet Caroline Says o el tema Chasing a Bee (Inside a car). Un increíble concierto de una de las bandas más originales del momento. Debería volver pronto.

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