El Ayuntamiento adjudica a dedo siete gasolineras que prometió sacar a concurso

La gasolinera del Campo de las Naciones cambió de manos al año de obtener la licencia

El gobierno municipal, del Partido Popular (PP), ha adjudicado, mediante convenio, hasta siete gasolineras incluidas en su Plan Especial de Instalaciones de Suministro de Combustible (PEIC), aprobado en 1993, y que había prometido sacar a concurso público. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, suspendió en 1994 el concurso ante la sospecha de que el negocio estaba repartido de antemano entre las petroleras. Pero desde entonces se ha producido un goteo de concesiones, en su mayoría a dedo, en medio de una "falta de transparencia" que denuncian el PSOE, IU y los empresarios del s...

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El gobierno municipal, del Partido Popular (PP), ha adjudicado, mediante convenio, hasta siete gasolineras incluidas en su Plan Especial de Instalaciones de Suministro de Combustible (PEIC), aprobado en 1993, y que había prometido sacar a concurso público. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, suspendió en 1994 el concurso ante la sospecha de que el negocio estaba repartido de antemano entre las petroleras. Pero desde entonces se ha producido un goteo de concesiones, en su mayoría a dedo, en medio de una "falta de transparencia" que denuncian el PSOE, IU y los empresarios del sector. El Ayuntamiento ha dejado de percibir cada año al menos 1.400 millones de pesetas, según el canon que ideó como peaje por alquilar sus 56 gasolineras. Dado que el horizonte era de 75 años, el municipio dejará de ingresar más de 100.000 millones en ese tiempo.Mientras el Ayuntamiento se retira de tan lucrativa batalla surge un fenómeno que preocupa a la oposición: algunas concesiones van a parar a particulares que, una vez conseguido el permiso, revenden el negocio a las grandes petroleras, las mismas que fueron sospechosas de haberse repartido el concurso que nunca existió. Tales intermediarios, según Francisco Herrera, portavoz de IU, sólo añaden especulación y oscurantismo a estas operaciones. El traspaso de una gasolinera puede llegar a los 1.000 millones de pesetas, según empresarios del sector.

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En esta línea, la oposición investiga las dos gasolineras otorgadas a María Ángeles Martínez Viejo en febrero de 1997 en la carretera de Madrid a Rivas. Sus terrenos, privados y no urbanizables, debían haber sido expropiados dentro del Plan Municipal de Gasolineras. Pero esta empresaria no sólo evitó ser expropiada, sino que, tras asociarse con Jesús González Moreno en la firma Estación Cerro de Almodóvar, vendió su concesión municipal a Repsol.

Esta compañía recibió, en octubre de 1996, una licencia para instalar una gasolinera en un punto visitado diariamente por miles de vehículos: Mercamadrid. La estación también formaba parte del paquete previsto en el Plan Municipal de Gasolineras. Repsol resultó ganadora en un concurso convocado por la sociedad municipal que regenta este centro de abastecimiento de Madrid. La misma compañía petrolera obtuvo también permiso para otra estación en la avenida de la Victoria, número34. Y esta gasolinera también formaba parte del plan municipal "como terreno privado expropiable".

Su rival, Cepsa, recibió licencia para abrir negocio en el polígono de Valdebernardo el 30 de de abril de 1996, por traslado de la existente en la antigua carretera de Vicálvaro a Vallecas. PASA A LA PÁGINA 3

La oposición denuncia que los particulares revenden las concesiones a las grandes compañías

VIENE DE LA PÁGINA 1Estos cambios de concesiones de particulares a grandes empresas petroleras, que han levantado ampollas en la oposición municipal, encuentran un ejemplo en una de las más codiciadas gasolineras de Madrid: la instalada en el Campo de las Naciones, junto al recinto ferial, al parque Juan Carlos I y a un hipermercado, y con acceso a la ronda de circunvalación M-40, en un área de Madrid que crece urbanísticamente por minutos.

La sociedad Campo de las Naciones subastó en 1992 la golosina. Resultó agraciado un particular, Fernando Chércoles Navas. Venció a poderosas empresas como Repsol, Campsa o la propia Cepsa.

Según recuerda Pablo Población, gerente de Campo de las Naciones, la oposición consideró como un factor positivo que se tratara de una persona física quien regentara tal negocio. Chércoles, al año de ser beneficiario de tal diamante, constituyó una sociedad anónima, Servicar Campo de las Naciones, con el único fin de gobernar su negocio.

Cuatro años más tarde, el 24 de julio de 1997, el Ayuntamiento de Madrid le otorgaba la licencia. Pero el 22 de octubre de 1998, cuando ya nada le impide disfrutar de tan estratégica gasolinera, dimite como administrador único de tal sociedad. Le sustituye Lucrecio Jiménez Espinel, subdirector general de operación de estaciones de servicio de la compañía Cepsa.

Por si no estuviera claro ya quién es el propietario, sitúa como domicilio social de su empresa avenida del Partenón, 12, sede de Cepsa. Esta gasolinera, enclavada en suelo público, era también una de las que debió sacar a concurso el Ayuntamiento de la capital.

Espacios públicos

Cepsa, esta vez a las claras, recibió una licencia el 31 de octubre de 1997 en la calle de Sangenjo, número 35, en el cruce con Fermín Caballero. Ante la oposición vecinal, el Ayuntamiento está negociando con la compañía que renuncie a tal proyecto a cambio de una parcela municipal próxima donde instalar su negocio. Casualmente este enclave correspondía a una gasolinera que el Ayuntamiento previó sacar a concurso en su plan especial, pues se trataba de un espacio de dominio público, aunque no municipal.

El concejal Francisco Herrera está muy escamado con las dos concesiones de gasolineras recibidas en abril de 1997 por el ex jugador del Atlético de Madrid Feliciano Muñoz Rivilla. Una se asienta en la carretera de Ajalvir a Vicálvaro, 80. La parcela tiene dos particularidades: es suelo municipal y antes estaba calificada como zona verde. Y una tercera guinda: era una de las gasolineras que el Ayuntamiento prometió sacar a concurso.

La segunda gasolinera otorgada a Rivilla se ubica en la avenida de Arcentales, número 7. Este punto debió también salir a concurso. Era una parcela calificada de zona verde de uso y dominio público.

Rivilla lo explica así: "Se trata de una compensación del Ayuntamiento de Madrid por una parcela que les cedí en 1986 para construir un nudo entre la M-30 y la M-40 en San Martín de la Vega, donde yo quería construir dos gasolineras". Rivilla suma con ello tres gasolineras, la tercera se ubica en la calle de Sinesio Delgado, también en suelo municipal, que fue resultado de una permuta con el Ayuntamiento por otra que tenía en la calle de Alcalá. Galp abandera las tres estaciones.

Más casos. Acatrans recibió el 23 de septiembre de 1998 una concesión en el kilómetro 12,700 de la carretera de Valencia. "Es una instalación para el consumo propio de los camiones que acuden al vertedero de inertes de la Fortuna. No hay venta de combustibles al público", asegura Urbanismo.

En el kilómetro 14,400 de esa carretera estaba prevista una gasolinera del plan municipal. La sociedad Rivaser recibió licencia el 15 de julio de 1996 para instalar una gasolinera en la calle Silvano, a la altura de Algabaleño. Esta instalación figuraba como una de las gasolineras que el Ayuntamiento deseaba controlar. Hoy tiene bandera Repsol.

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