Entrevista:

"Las costumbres deben plegarse a la ley"

Lleva 15 años pleiteando para que la mutilación femenina no eche raíces en su país, Francia. Linda Weil-Curiel, miembro de la Comisión para la Abolición de las Mutilaciones Sexuales, fue la primera abogada en defender a una mujer que solicitó asilo político por miedo a sufrir esa práctica si volvía a su país. Ahora ejerce la acusación particular en el juicio de París. Pregunta. ¿Cuál es la importancia de este proceso?

Respuesta. Lo importante es que su origen está en la denuncia de una joven mutilada en París junto a sus hermanas. Es la primera vez que esto ocurre.

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Lleva 15 años pleiteando para que la mutilación femenina no eche raíces en su país, Francia. Linda Weil-Curiel, miembro de la Comisión para la Abolición de las Mutilaciones Sexuales, fue la primera abogada en defender a una mujer que solicitó asilo político por miedo a sufrir esa práctica si volvía a su país. Ahora ejerce la acusación particular en el juicio de París. Pregunta. ¿Cuál es la importancia de este proceso?

Respuesta. Lo importante es que su origen está en la denuncia de una joven mutilada en París junto a sus hermanas. Es la primera vez que esto ocurre.

P. ¿La justicia francesa puede investigar de oficio?

R. Normalmente, lo denuncian los profesionales de la medicina. A partir de ahí, el fiscal investiga.

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P. ¿Cuándo empezó a interesarse por este problema?

R. En 1982 supe de la muerte de una niña mutilada a los tres meses de edad. Poco después, otro caso de mutilación fue presentado al Tribunal Correccional de París bajo la acusación de golpes y heridas voluntarias. Se trataba de otra niña de meses salvada de milagro tras ser llevada al hospital. El médico lo denunció. El abogado del padre sostenía que la justicia no podía sancionar a su cliente porque éste había realizado un acto de su cultura y porque el Código Penal no disponía nada en contra de la mutilación genital. Ahí empecé a desarrollar mi argumentación jurídica.

P. ¿Y cuál fue?

R. En primer lugar, que la ley sanciona la violencia intencionada. Desde el punto de vista médico, la clitoridectomía es una mutilación; desde el jurídico, un crimen, con la agravante de que es infligida por los propios padres. También alegué que la ley se aplica a toda persona que se encuentre en el territorio nacional. Las costumbres extranjeras, por tanto, deben plegarse a la ley.

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