Crítica:'BLUES' JAVIER VARGAS

Españolizar el 'blues'

Perteneciente a la altiva estirpe de los músicos tocones, Javier Vargas está demostrando con sus directos encontrarse en uno de los puntos más altos de su extensa carrera hasta el momento. A su innegable virtuosismo como instrumentista se ha unido un excelente olfato para encontrar la senda que españoliza al viejo blues y le hace cruzarse de modo promiscuo con muchos otros estilos de modo descarado y vivo que hace sólo una quincena de años hubiera parecido impensable. De todo ello dio muestra en la presentación de Feedback, un último disco que corona su trabajo de investigación y...

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Perteneciente a la altiva estirpe de los músicos tocones, Javier Vargas está demostrando con sus directos encontrarse en uno de los puntos más altos de su extensa carrera hasta el momento. A su innegable virtuosismo como instrumentista se ha unido un excelente olfato para encontrar la senda que españoliza al viejo blues y le hace cruzarse de modo promiscuo con muchos otros estilos de modo descarado y vivo que hace sólo una quincena de años hubiera parecido impensable. De todo ello dio muestra en la presentación de Feedback, un último disco que corona su trabajo de investigación y que —y éste es el verdadero acierto— le abre las puertas de un público masivo que se rinde sin reservas a su arte.

Javier Vargas Blues Band

De José Sanchis Sinisterra. Dirección: José Luis García Sánchez. Intérpretes: Jordi Dauder, Clara Sanchis, Juan Diego. Escenografía: Quim Roy. Iluminación: Quico Gutiérrez. Vestuario: Ramon Ivars. Banda sonora: José A. Gutiérrez. Coproducción del Centro Dramático Nacional y el Teatre Nacional de Catalunya (TNC). TNC, Barcelona, 21 de enero.

Javier Vargas (guitarras), Bobby Alexander (voz), David Sánchez (teclados), Fran Montero (bajo), Miguel Angel Cap (batería), David Montes (voz), Gautama del Campo (saxo), Fernando Vázquez (armónica) y Elena Andújar (cante)

La Riviera. Madrid, jueves 21 de enero.

Vargas salió a escena flanqueado por un grupo de músicos simplemente extraordinario y que sintetiza de modo perfecto las mil caras del blues. Entre ellos, cómo no, hay que destacar al vocalista Bobby Alexander, un flexible cantante capaz de alternar el terciopelo con los zarpazos vocales. Un cantante que debe satisfacer la obligatoria necesidad del jefe de la banda de tener un alter ego que contrapuntée el peso de su guitarra.

Con respecto a este instrumento, es de agradecer que, con el paso del tiempo, Javier haya guardado los pedales y los procesadores de multiefectos y en su lugar ofrezca un sonido más bien puro, de guitarra de toda la vida. Esto de los efectos es cosa de modas, pero —y son opiniones— lo cierto es que en el blues las sonoridades estratosféricas unidas al exceso de carreras de los dedos por el mástil terminan empalagando.

Otro de los grandes atractivos del concierto estuvo, sin lugar a dudas, en la selección de los temas. Pese a la monotonía compositora inherente al género, Vargas ha ido picando de otros géneros y componiendo un abanico de sabores muy atractivo: funk, soul, pop, tango, salsa, flamenco y hasta hard rock vía Led Zeppelin. Pero lo más emocionante es la recreación en inglés del Sangre española. Buen tema para unos buenos músicos.

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