Tribuna:

La llegada del euro

La llegada del euro constituye un paso decisivo hacia la unidad europea y, por ello mismo, ha de considerarse como un acontecimiento político de primera magnitud, probablemente uno de los más importantes, por no decir el que más, desde que en 1956 se creó la Comunidad Europea. En aquellas fechas estuvimos ausentes, pero en éstas, afortunadamente, formamos parte del grupo inicial de la unión monetaria. De esta manera podremos contribuir eficazmente, y desde el primer momento, a la construcción de una Europa más unida, más próspera y, sin duda, también más solidaria. La nueva moneda, el euro, co...

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La llegada del euro constituye un paso decisivo hacia la unidad europea y, por ello mismo, ha de considerarse como un acontecimiento político de primera magnitud, probablemente uno de los más importantes, por no decir el que más, desde que en 1956 se creó la Comunidad Europea. En aquellas fechas estuvimos ausentes, pero en éstas, afortunadamente, formamos parte del grupo inicial de la unión monetaria. De esta manera podremos contribuir eficazmente, y desde el primer momento, a la construcción de una Europa más unida, más próspera y, sin duda, también más solidaria. La nueva moneda, el euro, constituirá una de las mejores garantías del mantenimiento de lo que, a lo largo de los siglos, ha sido la identidad europea: una manera de vivir y ver las cosas de la que forman parte la economía y la política, pero también, y de manera decisiva, el arte y la cultura.Para los bancos, la preparación de la unión monetaria ha sido una tarea importante que han acometido hace varios años. No hay que olvidar que, en sus aspectos técnicos, la unión monetaria es, en esta primera fase, un fenómeno financiero que modificará profundamente la manera de operar de todas las instituciones que participan en el mercado, comenzando por el Banco de España, y ello desde el primer momento, es decir, a partir de este primer fin de semana del nuevo año 1999.

La preparación técnica ha sido muy intensa. Hace más de dos años, más de 100 expertos de los bancos pusieron a punto en la AEB el Manual operativo de transición al euro, que poco después fue adoptado por el resto de las entidades financieras. Este documento, de más de 300 páginas, contenía las principales orientaciones para proceder, en la práctica, a la adaptación de los sistemas operativos de las diferentes entidades. El que fuera así, es decir, el que se adoptaran desde el principio soluciones técnicas comunes a los principales problemas, ha permitido avanzar rápidamente en la solución de los numerosos problemas que se planteaban, de tal manera que, a la hora de comenzar a utilizar la nueva moneda, el sistema financiero español ha sido uno de los que mejor han preparado la unión monetaria.

Ello ha sido así, en parte, porque nuestro sistema de pagos es uno de los más avanzados de Europa gracias a la casi total informatización de las operaciones y a la tupida red de cajeros y terminales en puntos de venta que hay en España. Además, los españoles han pasado rápidamente de la utilización del dinero efectivo al uso de las tarjetas de débito o crédito, dejando atrás con rapidez la fase del cheque para las transacciones de menor cuantía.

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Para las familias, la llegada del euro supondrá ventajas muy importantes que poco a poco se harán evidentes. No sólo podrán viajar por el continente utilizando la misma moneda, sino que además, y fundamentalmente, tendrán un instrumento estable en el que colocar su ahorro. Con ello terminarán las fuertes oscilaciones de tipos de interés que han tenido lugar en el pasado y desaparecerá, o se atenuará hasta el límite, el insidioso e injusto impuesto oculto que ha sido la inflación para las capas menos favorecidas de la población.

Para las empresas, la llegada del euro representa una ampliación de sus mercados gracias a la desaparición del riesgo de cambio. Representa también, lo ha representado ya, una disminución de los tipos de interés y, como consecuencia, una mejora de las condiciones de financiación de sus actividades. Las empresas españolas de bienes y servicios han demostrado en los últimos años una gran capacidad de adaptación a las reglas de una economía abierta, lo que se ha reflejado en un fuerte aumento de las exportaciones y en el equilibrio de nuestra balanza por cuenta corriente. Ello quiere decir que son competitivas y que el incremento de los mercados, con una misma moneda, a los que van a tener acceso, redundará en su beneficio.

Para los bancos, la moneda única representa, en primer lugar, un esfuerzo considerable y la pérdida del negocio basado en las operaciones con las antiguas monedas de los países de la Unión Europea que se integrarán en el euro. Pero a largo plazo los bancos se beneficiarán de la moneda única en la medida en que sus clientes se beneficien; los bancos están inmersos en el tejido empresarial y familiar y su evolución no puede ser independiente de la del resto de la economía. Además, el hecho de que el euro se transforme en una moneda de reserva, como será el caso, y compita con el dólar en cuanto a su aceptación en el mundo, proporcionará nuevas oportunidades de negocio.

La llegada del euro significa, para Europa, un gran desafío. La pérdida de protagonismo del dólar intensificará la competencia de las empresas norteamericanas en el mundo, al perder Estados Unidos el privilegio de la aceptación indiscutida de su divisa. Conviene recordar que Estados Unidos es ahora el primer país deudor del mundo, que acumula, desde hace muchos años, un déficit importante en su balanza por cuenta corriente y que, cuando suene la inevitable hora del ajuste de su economía, contará con la importante baza de la flexibilidad de sus empresas. Desde el punto de vista exterior, la llegada del euro, y su consolidación como moneda de reserva, nos obligará a plantear el lugar de la ciencia y de la técnica en Europa, el de la dimensión de nuestras empresas y, en definitiva, nuestro papel en el mundo; poseer una moneda de reserva tiene, a la vez, servidumbres y grandezas.

Comienza una nueva y decisiva etapa de la Unión Europea, poco antes de que alumbre el nuevo siglo. El que esta esperanza se transforme en bienestar para todos sólo depende de nosotros. El euro es un instrumento técnico para un proyecto de mucha mayor envergadura que se llevará a cabo con el ritmo y en las circunstancias que decidan los pueblos europeos. Dentro de unos años, cuando se supere la etapa del canje final de billetes y los ciudadanos se hayan acostumbrado a la utilización de la nueva moneda, la pregunta que quedará en el aire será la de por qué no se llevó a cabo antes este gran proyecto.

José Luis Leal es el actual presidente de la Asociación Española de la Banca.

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