EL PROCESO DE PAZ

El PSOE afirma que Ibarretxe condiciona la paz a que se avance hacia la soberanía

El PSOE exigió ayer al presidente del Ejecutivo, José María Aznar, una actitud firme ante lo que considera "intolerables" planteamientos expuestos por Juan José Ibarrtexte en su discurso de investidura como nuevo lehendakari. Según el candidato a la Presidencia del Gobierno, José Borrell, del discurso peneuvista se deduce "la amenaza de que puede volver la violencia si no se avanza en la soberanía". "Por dejar de matar no se tiene derecho a nada", añadió. Desde el Ejecutivo central y el PP no se dejó ayer duda alguna de que quieren tener la fiesta en paz con el próximo Gabinete vasco.

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El PSOE exigió ayer al presidente del Ejecutivo, José María Aznar, una actitud firme ante lo que considera "intolerables" planteamientos expuestos por Juan José Ibarrtexte en su discurso de investidura como nuevo lehendakari. Según el candidato a la Presidencia del Gobierno, José Borrell, del discurso peneuvista se deduce "la amenaza de que puede volver la violencia si no se avanza en la soberanía". "Por dejar de matar no se tiene derecho a nada", añadió. Desde el Ejecutivo central y el PP no se dejó ayer duda alguna de que quieren tener la fiesta en paz con el próximo Gabinete vasco.

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En su discurso de investidura el martes en el Parlamento vasco, Ibarretxe dijo que la clave del proceso de pacificación está en el reconocimiento del ámbito vasco de decisión, que supone el reconocimiento por parte del Estado de los avances de soberanía que acuerden las fuerzas políticas vascas. Por su parte, el portavoz de Euskal Herritarrok, Arnaldo Otegi, condicionó su apoyo al Gobierno de PNV y Eusko Alkartasuna y proclamó que ETA, con su tregua, ha abierto una vía al reconocimiento de la soberanía vasca.Estos planteamientos fueron acogidos ayer por el Ejecutivo y la oposición con actitudes muy distintas. La ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, hizo votos para que haya "relaciones fluidas" entre los dos Ejecutivos. El coordinador del Grupo Parlamentario Popular, Rafael Hernando, pidió a Ibarretxe, que haga esfuerzos "por sumar y no por restar". En el PSOE, la respuesta fue muy diferente. La actitud del Gobierno se les antoja a los socialistas muy tibia y piden al presidente que "deje de mirar hacia otro lado cuando pasa algo tan grave como que con este Ejecutivo vasco puede producirse una fractura social".

La inquietud de Borrell

"Es preocupante que José María Aznar no sea capaz de encontrar acuerdos con el PNV en el País Vasco, en torno al proceso de paz, y que, sin embargo, sí encuentren puntos de unión en todo lo que tenga que ver con el dinero y con los Presupuestos", declaró Borrell, quien se mostró inquieto por las características políticas del Gabinete que va a formarse en el País Vasco y llamó la atención sobre la diferencia de actitud del PP en el País Vasco con el del resto de España y con la que mantiene el Ejecutivo central. Nada que reprochar al discurso del presidente del PP de esa comunidad, Carlos Iturgaiz, y mucho a sus compañeros de Madrid por su "tibieza"."Le pedimos al Gobierno que deje de mirar hacia otro lado; ¿cómo es posible que no salga al paso de lo que ayer dijeron sus socios en Madrid?", se preguntó el portavoz de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba. El dirigente del PSOE recordó a Aznar que el PNV con el que pactó la investidura hace dos años "no tiene nada que ver con el actual".

La extrañeza de los socialistas viene por la falta de alarmas en el Ejecutivo y en el PP después de lo que se escuchó en la Cámara vasca. "El discurso de Ibarretxe es muy parecido al de EH ya que subyace la amenaza de que la violencia puede volver si no se camina hacia la soberanía de Euskadi", dijo Borrell.

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"O vamos hacia la soberanía o ustedes verán lo que puede pasar", apostilló el candidato, interpretando las palabras tanto del lehendakari como del portavoz peneuvista Joseba Egibar. El proceso de paz "va a ser un instrumento para pedir la soberanía por lo que entonces se legitimará la violencia de ETA", dijo Pérez Rubalcaba.

Ningún dirigente del PP ni del Gobierno quiso ayer hacer referencia a las condiciones para la paz que tanto Ibarretxe como Otegi expusieron el día anterior en sus discursos en los que se puso de manifiesto sin ambages que el Pacto de Lizarra, al que se opone el PP y el PSOE, se presenta como la base para gobernar. Portavoces de La Moncloa remitieron al PP para conocer una opinión al respecto.

El coordinador del Grupo Parlamentario Popular, Rafael Hernando, se limitó a confiar en que el Gabinete de Ibarretxe sea para todos. "No me parece prudente que haya exclusiones ni frentismos porque el esfuerzo de paz debe ser de todos por lo que le pedimos al señor Ibarretxe que haga todos los esfuerzos para sumar y no para restar". Mariscal de Gante tampoco se metió en honduras. "El Gobierno desea que existan Ejecutivos estables en todas las comunidades autónomas y el Gobierno central hará todo lo posible para mantener las relaciones más fluidas posibles con el Gobierno del País Vasco, en el bien entendido que podemos no compartir determinados planteamientos radicales".

El portavoz gubernamental, Josep Piqué, manifestó que lo que considera importante es que el nuevo Ejecutivo vasco sea estable y actúe en beneficio de la sociedad vasca.

De las filas populares sólo emerge una voz muy crítica que ya es habitual. Jaime Ignacio del Burgo, diputado y dirigente de Unión del Pueblo Navarro, calificó al futuro Gabinete vasco nacionalista de "desintegrador y antieuropeo". Y "contra natura" al considerar que el PNV y EA poco tienen que ver en el aspecto ideológico con EH que es una fuerza "marxista y revolucionaria".

"La mitad de los vascos no pueden sentirse identificados con su nueva Administración ya que el nuevo Gobierno se sustenta con los votos de quiénes hoy todavía siguen intimidando a sectores de la población", dijo Del Burgo en referencia a las presiones que sufren cargos públicos del Partido Popular.

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