Una muestra de esculturas del Pompidou viajará a Alicante en 1999

El prestigioso y rompedor centro Georges Pompidou de París no es muy amigo de prestar sus fondos, pero las intensas reformas por las que atraviesa actualmente han aconsejado a sus responsables iniciar una serie de intercambios con otras colecciones de renombre. Al Castillo de Santa Bárbara de Alicante, que acoge una exposición permanente de esculturas de la Fundación Capa, llegarán en octubre de 1999 las 25 piezas que componen la muestra Las vanguardias en el Centro Pompidou. A cambio, Alicante prestará 50 estatuas de los fondos de Capa para ser expuestas en París. La exposición que llegará a...

El prestigioso y rompedor centro Georges Pompidou de París no es muy amigo de prestar sus fondos, pero las intensas reformas por las que atraviesa actualmente han aconsejado a sus responsables iniciar una serie de intercambios con otras colecciones de renombre. Al Castillo de Santa Bárbara de Alicante, que acoge una exposición permanente de esculturas de la Fundación Capa, llegarán en octubre de 1999 las 25 piezas que componen la muestra Las vanguardias en el Centro Pompidou. A cambio, Alicante prestará 50 estatuas de los fondos de Capa para ser expuestas en París. La exposición que llegará a Alicante permitirá contemplar obras escultóricas de varios autores, todos ellos pertenecientes a los movimientos de vanguardia que revolucionaron el arte a principios de siglo, como el cubismo, el dadaísmo o el surrealismo. Esta muestra puede actualmente verse en el Pompidou y permanecerá en el castillo alicantino por espacio de un mes. Por el momento, se desconoce cuáles serán las estatuas de Capa que viajarán a París. No será la única incursión en otros museos que realicen en el año entrante las piezas de la Fundación Capa, una de las colecciones más ricas y que goza de mayor prestigio en Europa. Entre 80 y 90 esculturas serán expuestas en el madrileño Círculo de Bellas Artes, en fecha aún por determinar. Un gran centro La construcción del mastodóntico Centro Georges Pompidou vino a cumplir una tradición no escrita en Francia, que obliga a todos los presidentes de la República a dejar una gran obra como recuerdo de su mandato. En su día generó un debate entre los parisinos, ya que se levantó en pleno corazón de Les Halles, uno de los barrios más antiguos de París, y las casas de media altura de arquitectura tradicional tuvieron que acostumbrarse a convivir con su estructura de cristal y tubos de colores. Superada la polémica, se convirtió en uno de los principales centros culturales de Europa.