Tribuna:

¿Tercera vía o progreso global?

Al final de su apretada gira por España, el director de la London School of Economics, Anthony Giddens, tuvo uno de los más esperados encuentros: con Felipe González. En el seno de la Fundación Alternativas, delante de una docena de intelectuales, políticos y sindicalistas, el principal teórico de la tercera vía y la persona encargada por la Internacional Socialista para actualizar su pensamiento debatieron en profundidad sobre el futuro de la socialdemocracia.La piel entre Giddens y González funcionó rápidamente. A pesar de algunas diferencias de grado en sus posiciones, se pusi...

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Al final de su apretada gira por España, el director de la London School of Economics, Anthony Giddens, tuvo uno de los más esperados encuentros: con Felipe González. En el seno de la Fundación Alternativas, delante de una docena de intelectuales, políticos y sindicalistas, el principal teórico de la tercera vía y la persona encargada por la Internacional Socialista para actualizar su pensamiento debatieron en profundidad sobre el futuro de la socialdemocracia.La piel entre Giddens y González funcionó rápidamente. A pesar de algunas diferencias de grado en sus posiciones, se pusieron pronto de acuerdo en no dejar pasar la ocasión de hacer converger sus ideas sobre la socialdemocracia del siglo XXI. Oír a Giddens -de quien Tony Blair ha dicho que "es el hombre que piensa como yo"- elimina las dudas sobre el campo ideológico en el que se siente representado. El intelectual británico opina que la globalización del final del milenio es muy distinta de la que se dio al término del siglo XIX, y sobrepasa con mucho el ámbito de lo económico. "De ella va a salir una sociedad cosmopolita, y nosotros somos su primera generación. La reconstrucción de los sistemas de gobierno es absolutamente necesaria, más importante que hasta ahora". Giddens critica el fundamentalismo del mercado y reclama políticas económicas mixtas: "Hasta hace poco, la preocupación era quién es el dueño de qué. Ahora se trata de conseguir un equilibrio entre la regulación y la liberalización, entre lo nacional y lo transnacional. La socialdemocracia clásica quería que el Gobierno sustituyese a la sociedad civil; la derecha, que la sociedad civil acabase con el Gobierno. La tercera vía es la reconstrucción del Gobierno y de la sociedad civil al mismo tiempo".

Felipe González le contestó hablando de la reticencia cultural que existe en España sobre el concepto de tercera vía (la tercera vía era el camino falangista de superación del capitalismo y del comunismo): "Prefiero llamarlo progreso global". González advirtió de la frustración que pueden sufrir los ciudadanos europeos, que han votado de forma masiva a la izquierda en las últimas elecciones, si ésta no es capaz de dar alternativas y sólo responde de modo defensivo al fundamentalismo del mercado.

¿Cómo hacer gobernable la globalización en materia económica y financiera de modo que las crisis sean previsibles y no sistémicas?, se preguntó el español. "No creo mucho en un Gobierno económico mundial, como un G-7 reforzado, porque ya no lo tolerará el resto de los países. Se da la paradoja de que la Unión Europea, EEUU, Canadá y Japón tienen casi el 75% del PIB mundial, pero representan a menos del 20% de la población. ¿Cómo resistirán la tentación de gobernar el mundo con un potencial económico tan grande? ¿Cómo va a soportarlo el 80% restante de los ciudadanos?".

Ambos coincidieron en que la socialdemocracia ha sabido hacer una redistribución de la riqueza a través del Estado del bienestar -transfiriendo recursos de las clases más pudientes a las más necesitadas- pero ha fracasado en redistribuir la capacidad de iniciativa individual, la capacidad de riesgo. Vinculado a ello se plantea ahora si es factible mantener la universalidad del welfare, o si la protección debe aplicarse tan sólo a los excluidos de los beneficios de la globalización. La duda está expresada de modo nítido en el libro de Blair sobre la tercera vía. Las palabras de los dos coincidieron de nuevo: si no se da respuesta al desempleo y a la competitividad en la economía global, los activos ocupados no aguantarán a los pasivos desocupados, aunque el crecimiento del PIB pudiera hacerlo; el problema de la sostenibilidad del sistema de protección es más social que económico.

Giddens y González quedaron citados para el próximo 15 de diciembre en Londres para seguir discutiendo. Esa vez el primero será el anfitrión: González dará una conferencia en la London School of Economics y se entrevistará con Blair.

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