125.000 peces murieron en los ríos navarros entre abril y septiembre pasados

Un total de 125.000 peces murieron en los ríos navarros entre abril y septiembre pasados a causa principalmente de vertidos tóxicos, accidentales e intencionados, o por motivos de origen desconocido, según los datos de una respuesta parlamentaria del Departamento de Medio Ambiente a una pregunta del PSN. El caso más grave se produjo el pasado 5 de septiembre, cuando murieron 43.000 peces por el movimiento de fangos en el río Robo, afluente del Arga, el curso fluvial en que se ha producido el 60% del total de las muertes contabilizadas. Otros ríos como Larráun, Arakil, Egüés, Ega, Leciza...

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Un total de 125.000 peces murieron en los ríos navarros entre abril y septiembre pasados a causa principalmente de vertidos tóxicos, accidentales e intencionados, o por motivos de origen desconocido, según los datos de una respuesta parlamentaria del Departamento de Medio Ambiente a una pregunta del PSN. El caso más grave se produjo el pasado 5 de septiembre, cuando murieron 43.000 peces por el movimiento de fangos en el río Robo, afluente del Arga, el curso fluvial en que se ha producido el 60% del total de las muertes contabilizadas. Otros ríos como Larráun, Arakil, Egüés, Ega, Leciza, Ultzama, Santelerreka y Elorz registraron también muertes masivas de peces. La consejera de Medio Ambiente, Yolanda Barcina, señala en la respuesta que en ocho ocasiones se produjeron vertidos tóxicos. En los casos de origen conocido, se exigieron medidas correctoras y en cinco expedientes concretos se han propuestos sanciones. En lo que va de año, el departamento ha realizado 13 propuestas de sanción respecto a un total de 45 incidentes en los ríos navarros, aunque en 29 de ellos no hubo mortandad de fauna. En 16 de esos casos las consecuencias fueron importantes. Algunos se debieron a vertidos de empresas como Aceralia (residuos de taladrina al río Juslapeña), Funvera (vertido al río Bidasoa de aceites filtrados), Conservas Cambra (vertido de baño de sosa a un colector de residuos) o SKF (agua residual de metales). El Gobierno foral asegura que todos los hábitats afectados se han recuperado ya tras los vertidos puntuales y que nuevos ejemplares de peces han colonizado las áreas contaminadas.

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