"El 35% de los infectados podrá estar 20 años o más sin síntomas"

"En los dos últimos años se ha conseguido que un proceso como es la infección por VIH, cuyo diagnóstico significaba una sentencia de muerte, se convierta en una enfermedad crónica tratable y con esperanzas y calidad de vida", afirma Álvaro Muñoz, catedrático de Epidemiología de la Universidad John Hopkins, de Baltimore (Estados Unidos).

Este especialista estadounidense de origen español, que ha viajado a Madrid para participar en un acto de conmemoración del 25º aniversario de la fundación del Hospital 12 de Octubre, afirma que "con las nuevas terapias antirretrovirales, el 35% de l...

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"En los dos últimos años se ha conseguido que un proceso como es la infección por VIH, cuyo diagnóstico significaba una sentencia de muerte, se convierta en una enfermedad crónica tratable y con esperanzas y calidad de vida", afirma Álvaro Muñoz, catedrático de Epidemiología de la Universidad John Hopkins, de Baltimore (Estados Unidos).

Este especialista estadounidense de origen español, que ha viajado a Madrid para participar en un acto de conmemoración del 25º aniversario de la fundación del Hospital 12 de Octubre, afirma que "con las nuevas terapias antirretrovirales, el 35% de los infectados podrá permanecer libre de síntomas durante 20 años o más". Según Muñoz, la combinación de fármacos, la determinación de la carga viral y el inicio precoz del tratamiento en fases asintomáticas, permite un mayor control de la infección.

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"La carga viral", sostiene, "es una prueba de biología molecular que revela el número de copias del virus por mililitro de plasma sanguíneo" sostiene el experto. "Por el momento, es capaz de detectarlo a partir de 50 copias. Es un claro indicador de cuándo hay que empezar el tratamiento y de cómo el paciente está respondiendo a éste. Es, por lo tanto, un factor pronóstico fundamental, pues teóricamente a menor carga viral, mejor evolución de la enfermedad".

El profesor recuerda que ya se sabe que el tratamiento precoz es aconsejable y necesario, pero matiza que el problema es la toxicidad de los fármacos: "Dos años es muy poco tiempo para comprobar la seguridad de los nuevos tratamientos. Y empezamos a asistir a la aparición de efectos secundarios, como afecciones gastrointestinales o alteraciones de los lípidos, que obligan a cambiar la medicación o a dar otros productos para combatirlos". Estos efectos provocan un incumplimiento terapéutico que alcanza del 20% al 40% de los enfermos tratados, lo que, a su vez, incita la aparición de resistencias.

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