Y ETA mandó parar
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Un experto en la lucha antiterrorista lo explica de forma muy gráfica. "Si alguien necesitaba alguna prueba de la conexión entre ETA y Jarrai ahí la tiene: el brujo ha dado la orden de parar y toda la tribu ha obedecido. Se han quedado quietos. Esos demonios, convertidos en corderitos...". Misteriosamente sincronizado con las pistolas, el llamado terrorismo de baja intensidad, la lucha callejera, ha cesado -al menos de momento-. Ni una pedrada a un escaparate, ni un cajero automático ardiendo, ni un cóctel mólotov contra una patrulla de la Ertzaintza. La policía cree que mientras dure la tregua de ETA -y en tanto reciban nuevas órdenes- los jóvenes de la izquierda abertzale seguirán obedeciendo y se quedarán quietos. "Otra cosa es qué pasará después", reflexiona el experto de la policía. "Es muy posible que si la tregua se convierte en paz duradera, una parte significativa de estos jovencitos reoriente su violencia hacia otros frentes", augura.
En Euskadi, a diferencia de otras zonas del territorio español, no existe otra forma de vandalismo ajeno al de Jarrai. Ni cabezas rapados, ni hinchas ultras, ni okupas especialmente violentos. Toda la violencia va por el cauce que marca ETA.
En Euskadi, según determinó en su día un estudio del Gobierno vasco, existe "una lamentable concepción lúdica de la violencia; y los autores de las algaradas son también víctimas de la estrategia totalitaria a la que sirven".
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