Borrell propone a la izquierda europea una política fiscal única

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, propuso ayer a la izquierda europea una política común en materia fiscal. Borrell participó ayer en París en una mesa redonda sobre la izquierda del siglo XXI, en la que también participaron los ex primeros ministros socialistas franceses Michel Rocard y Laurent Fabius, entre otros.

José Borrell señaló en su intervención, desarrollada en francés, que no cabe una solución al paro planteada en términos exclusivamente nacionales y advirtió que la izquierda europea, tras la reciente victoria socialdemócrata en Alemania,...

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, propuso ayer a la izquierda europea una política común en materia fiscal. Borrell participó ayer en París en una mesa redonda sobre la izquierda del siglo XXI, en la que también participaron los ex primeros ministros socialistas franceses Michel Rocard y Laurent Fabius, entre otros.

José Borrell señaló en su intervención, desarrollada en francés, que no cabe una solución al paro planteada en términos exclusivamente nacionales y advirtió que la izquierda europea, tras la reciente victoria socialdemócrata en Alemania, no tiene ya excusas para seguir sin establecer políticas comunes en el terreno económico y, especialmente, en materia fiscal.En ese punto, el candidato socialista puso como ejemplo que en España el Partido Popular está usando instrumentos tributarios para, "a la chita callando", desmantelar el Estado de Bienestar.

Tras recordar que de 15 Gobiernos europeos 13 están integrados por partidos de izquierda, solos o en coalición, Borrell ironizó con que Aznar acabará siendo el gran líder de la derecha europea, lo que implicaría que España vuelve a convertirse en la reserva de unos valores que no son los dominantes, ni en lo económico ni en lo social, en el resto de Europa, dijo.

Una vez terminada la reunión, el dirigente socialista defendió ante los periodistas una política fiscal que armonice los mercados financieros, e hizo una alusión a las "amenazas de recesión", que según él deberían ser ya tenidas en cuenta.

Borrell trató de rehuir, en un primer momento, todo comentario que pudiera alimentar la polémica sobre su actitud de enfrentamiento con los nacionalistas. Después optó por abordar el asunto e identificar su posición como la de un político que no reprocha a los nacionalistas el que lo sean sino que denuncia la debilidad del presidente del Gobierno con ellos. El candidato socialista culpó a Aznar de haber perdido el control de la fuerza centrífuga nacionalista que se percibe en este momento y que, según él, es consecuencia de la acumulación de cesiones que el Partido Popular ha hecho. Algo, relató, que no ocurrió cuando gobernaba Felipe González a pesar de que también tenía que contar con los nacionalistas. Borrell dejó claro que su adversario no es el presidente catalán, Jordi Pujol, sino Aznar, e incluso recordó la contribución de los nacionalistas catalanes al restablecimiento de la democracia.

En cambio, Borrell arremetió contra el líder del PNV, Xabier Arzalluz, por haber atribuido las reticencias del PSOE sobre el precio que cabe pagar por la tregua a que los socialistas "no quieren que Aznar se apunte el tanto de haber logrado la paz". Borrell replicó que es una de las muchas afirmaciones hechas por Arzalluz en los últimos días que "demuestran un talante político inaceptable" y resaltó que los ciudadanos han visto cómo el PSOE, dentro y fuera del Parlamento, ha apoyado al Gobierno en la política antiterrorista y se ha negado a convertir ese asunto en objeto de debate público. "Nosotros no estamos dispuestos a ganar un solo voto si es a costa de retrasar un segundo la paz", sentenció.

Tras recordar que Arzalluz ha dicho que Aznar podía haber ahorrado varios asesinatos si hubiera hecho caso al PNV, Borrell aseguró que su última afirmación "mezquina" sobre el PSOE es "una más de las que le caracterizan y le descalifican democráticamente".