Los enfermos renales esperan tres años de media para recibir un trasplante

En Andalucía, 500 personas se suman cada año a la lista de enfermos renales que reciben tratamiento con hemodiálisis. En total, son más de 3.000 los habitantes de esta comunidad que siguen este tratamiento. Eso sin contar los que ya consiguieron un riñón trasplantado que, sólo el año pasado, fueron casi 300. Aun así, hay 1.000 personas esperando un trasplante de riñón; una espera que suele durar, de media, 3 años. Y eso que los andaluces están entre los donantes más generosos del mundo.

Para la Sociedad Española de Nefrología (SEN), que celebra estos días en Sevilla su XXVIII Congreso n...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En Andalucía, 500 personas se suman cada año a la lista de enfermos renales que reciben tratamiento con hemodiálisis. En total, son más de 3.000 los habitantes de esta comunidad que siguen este tratamiento. Eso sin contar los que ya consiguieron un riñón trasplantado que, sólo el año pasado, fueron casi 300. Aun así, hay 1.000 personas esperando un trasplante de riñón; una espera que suele durar, de media, 3 años. Y eso que los andaluces están entre los donantes más generosos del mundo.

Para la Sociedad Española de Nefrología (SEN), que celebra estos días en Sevilla su XXVIII Congreso nacional, el número de enfermos renales tratados con hemodiálisis podría reducirse a la mitad si se hiciese prevención. Los nefrólogos reclaman la colaboración de los médicos de atención primaria, endocrinos y cardiólogos en especial, con el fin establecer pautas comunes que les permitan tratar a estos enfermos antes de que el daño sea irreparable. "Con la prevención se evitaría que muchas personas tuviesen que acudir a un centro de diálisis o someterse a un transplante", señala el presidente de la SEN, Dámaso Sanz, quien considera "un fracaso de la medicina" tener que llegar a estos extremos. Entre diabéticos e hipertensos suman la mitad de los enfermos renales españoles que, ahora mismo, superan ya los 30.000. Los problemas de riñón dejan, a su vez, otras secuelas: enfermedades cardiovasculares y de huesos son las más comunes. Precisamente, algunas de las ponencias presentadas en el XXVIII Congreso aportan los últimos avances para tratar las secuelas de esta enfermedad. Asimismo, la alimentación en los enfermos renales tiene una gran importancia pues contribuye decisivamente a mejorar o empeorar su calidad de vida. De cada 100 enfermos de riñón, un 42% es susceptible de recibir un trasplante, un 53% se trata con hemodiálisis y un 5% se somete a diálisis peritoneal, que es una opción que les permite tener más autonomía. La sanidad pública española se gasta en atender a los enfermos de riñón 65.000 millones al año.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En