El último clásico

Evocando con inmediatez el espíritu de unos clásicos musicales que se remontan a los sesenta, el australiano Don Mariani ofreció en formato de trío -el que escogiera tras abandonar los míticos Hoodoo Gurus- su particular puesta al día del power pop de siempre, teñido ahora de atmósferas y arreglos blues. Presentaba su nuevo disco, Rippled soul, que probablemente tampoco pasará la barrera del público fiel -pero suficiente para hacerle cruzar el mundo entero para venir a tocar a España-, pero que, bien exprimido, aún suelta gotitas de estilo, gusto por las melodías, las canciones-canciones y los...

Evocando con inmediatez el espíritu de unos clásicos musicales que se remontan a los sesenta, el australiano Don Mariani ofreció en formato de trío -el que escogiera tras abandonar los míticos Hoodoo Gurus- su particular puesta al día del power pop de siempre, teñido ahora de atmósferas y arreglos blues. Presentaba su nuevo disco, Rippled soul, que probablemente tampoco pasará la barrera del público fiel -pero suficiente para hacerle cruzar el mundo entero para venir a tocar a España-, pero que, bien exprimido, aún suelta gotitas de estilo, gusto por las melodías, las canciones-canciones y los arreglos vocales con aire Beatle.El sonido no le favorecía, a causa de problemas con un amplificador que hubo que conseguir a última hora y de que los músicos no pudieron probar con tiempo. Tal vez por ello la primera parte del concierto resultó un tanto fría. También influyó que en sus nuevas composiciones abusa un tanto de medios tiempos y baladas.

La segunda parte, por el contrario, si incluyó piezas vibrantes, divertidas y enérgicas, como la extraordinaria One time, two times devastated, o piezas de su banda anterior, The Stems, que hicieron las delicias del entregado respetable. Mariani demostró que aún sigue habiendo una tribu de consumidores de un estilo, el power pop, que, poco a poco, ha ido convirtiéndose en el último clásico.