Los teólogos progresistas ven "autoritarias" las denuncias de los obispos sobre el aborto

Mil personas reunidas en un congreso reclaman un debate sobre la función de la Iglesia

La sociedad está estructurada de forma que fomenta el aumento de las desigualdades en el mundo "y la Iglesia es culpable de omitir este problema". Más de mil personas reunidas ayer en el XVIII Congreso de Teología llegaron a esta conclusión y señalaron la necesidad de propiciar un debate para "redefinir la función de la Iglesia, de cara al nuevo siglo, y propiciar su acercamiento a la realidad social". Un planteamiento que, según dijo el teólogo Juan José Tamayo poco tiene que ver con las declaraciones "autoritarias" sobre el aborto realizadas ayer por los obispos.

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La sociedad está estructurada de forma que fomenta el aumento de las desigualdades en el mundo "y la Iglesia es culpable de omitir este problema". Más de mil personas reunidas ayer en el XVIII Congreso de Teología llegaron a esta conclusión y señalaron la necesidad de propiciar un debate para "redefinir la función de la Iglesia, de cara al nuevo siglo, y propiciar su acercamiento a la realidad social". Un planteamiento que, según dijo el teólogo Juan José Tamayo poco tiene que ver con las declaraciones "autoritarias" sobre el aborto realizadas ayer por los obispos.

"Las declaraciones tan tajantes como las realizadas por la Conferencia Episcopal Española denotan un talante autoritario y falto de principios cristianos como la misericordia y la compasión. Ésa es la manera de alejarse cada vez más de la sociedad". Así de rotundo se mostró ayer Juan José Tamayo, representante de los teólogos de la liberación en España y secretario general de la asociación progresista de teólogos Juan XXIII.Dice Tamayo que en quien hay que pensar cuando se habla del aborto es en las mujeres: "Hay que analizar la situación personal, laboral y social de las mujeres cuando se realizan aformaciones públicas sobre este tema y no es una buena práctica la condena en lugar del llamamiento a la reflexión".

Los teólogos progresistas, según Tamayo, no son partidarios "de las declaraciones que cierran posibles debates y que no reflejan ningún respeto a la libertad de decisión de las mujeres que, por otra parte, a menudo no toman la decisión de abortar libremente, sino obligadas por las circunstancias o coaccionadas por otras personas".

Neoliberalismo

El congreso concluido ayer, en el que han participado más de mil personas, perseguía un objetivo que choca con el espíritu de las declaraciones realizadas por los obispos. Ese fin era: "No buscar la reflexión religiosa en el vacío, sino en contacto con la realidad", según explicó Enrique Miret Magadalena, presidente de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, precursora del encuentro."Juan XXIII decía que es importante que nos demos cuenta de los signos de los tiempos", recordó Miret Magdalena, "y es importante analizar cuáles son los de los tiempos actuales". Entre las conclusiones del congreso, organizado bajo el título Neoliberalismo y cristianismo, destaca "la necesidad de abrir un debate internacional sobre la función de la Iglesia de cara al nuevo milenio e intentar propiciar así un acercamiento entre ésta y la realidad social", señaló Tamayo.

Por este congreso de teología, abierto a todo tipo de expertos y profesionales y calificado como uno de los más importantes de Europa han pasado ya alrededor de 25.000 personas desde que se empezara a organzar en el año 1981.

Los participantes manifestaron su profundo rechazo hacia el neoliberalismo que, según consideran, "está provocando el aumento desmesurado de las diferencias entre ricos y pobres en el mundo" y denunciaron de forma unánime la actitud de la Iglesia de "omisión de los problemas que se esconden bajo el neoliberalismo". Según los congresistas, es necesario el apoyo social y la ayuda al trabajo que realizan las ONG de cooperación y desarrollo y los voluntarios, que están contribuyendo a luchar contra las desigualdades desde diferentes ámbitos.

Una lucha despiadada

"El mercado capitalista neoliberal no conduce al verdadero bien común", concluyen los teólogos progresistas y otros profesionales de la economía o de la cooperación de diferentes partes del mundo participantes en este encuentro: "En el fondo esconde una lucha despiadada del más fuerte y poderoso contra el débil y marginado", manifestaron. Y los datos lo prueban: las 225 personas más ricas del planeta acumulan tanta riqueza como la que se reparten los 2.500 millones de personas más pobres del planeta, 1.300 millones de personas tienen que subsistir con menos de 150 pesetas diarias, la esperanza de vida es de menos de 40 años para 507 millones de personas y el gasto mundial en armamento por año es casi 20 veces superior que el costo adicional que se necesitaría para el acceso universal a los servicios básicos en todos los países del mundo. Entre las conclusiones de este encuentro se hace una recomendación relacionada con el voto político: "Tener presente en las decisiones democráticas como ciudadanos responsables, y muy especialmente al participar en las elecciones, la necesidad de oponerse al capitalismo inhumano y despiadado".

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