La Unión Europea retira la prohibición de exportar cerdos vivos de Lleida

El comité veterinario de la Unión Europea aprobó ayer levantar el veto a la exportación de cerdos vivos que todavía soportaban las seis comarcas leridanas afectadas por la peste porcina clásica. El fin de este embargo, que será aprobado formalmente por la Comisión Europea en los próximos días, supone dar carpetazo definitivo a la epidemia, cinco meses después de la aparición del último foco en las granjas productoras. La medida se produce justo cuando el sector afronta una aguda reducción de los precios de venta.

En cambio, el comité veterinario, formado por expertos de los 15 Estados m...

El comité veterinario de la Unión Europea aprobó ayer levantar el veto a la exportación de cerdos vivos que todavía soportaban las seis comarcas leridanas afectadas por la peste porcina clásica. El fin de este embargo, que será aprobado formalmente por la Comisión Europea en los próximos días, supone dar carpetazo definitivo a la epidemia, cinco meses después de la aparición del último foco en las granjas productoras. La medida se produce justo cuando el sector afronta una aguda reducción de los precios de venta.

En cambio, el comité veterinario, formado por expertos de los 15 Estados miembros de la Unión Europea, mantiene las medidas restrictivas para las zonas de Sevilla y Zaragoza afectadas por la peste, ya que considera que todavía no ha pasado el tiempo suficiente desde la aparición de los últimos focos para garantizar la desaparición del virus. La decisión del comité veterinario tiene para Cataluña un carácter más simbólico que comercial, porque de hecho las exportaciones de carne de cerdo, mayoritarias en las comarcas de Lleida, ya se permitían, mientras que los animales vivos sólo se exportan con fines genéticos. En cualquier caso, el fin del embargo para estas seis comarcas (Pla d"Urgell, Urgell, Noguera, Segrià, Garrigues y Segarra) es también el fin de una pesadilla que empezó en febrero de 1997 y que provocó pérdidas millonarias en el sector. Bruselas decidió imponer restricciones a la exportación en julio de 1997 para evitar que la peste porcina se extendiera a otras zonas, pero ahora todo aquello ha quedado atrás y los ganaderos afectados trabajan intensamente para recuperar el tiempo y el dinero perdidos. Pero la noticia llega en un mal momento, cuando el sector afronta los precios más bajos de los últimos años. Las lonjas, entre ellas Mercolleida, han marcado mínimos históricos que sitúan el precio del kilo de cerdo en 122 pesetas, en lo que se considera la peor cotización de la carne de cerdo en vivo de los últimos 15 años. El kilo de cerdo en vivo cotizaba a 180 pesetas el kilo hace apenas unas semanas. El precio de los lechones era de 1.300 pesetas y las perspectivas para las próximas semanas no son muy favorables. Hasta hace pocas semanas, la carne de lechón cotizaba a unas 5.000 pesetas. La caída de precios se relaciona con que el mercado comunitario de carne porcina da muestras de saturación ya que la Comisión Europea habla de unos excedentes globales de 600.000 toneladas este año. Ese panorama ha comportado que las exportaciones pierdan fuerza y los precios hayan caído el 30% desde principios del verano. Los expertos comunitarios auguran un futuro difícil para los productores de carne porcina, especialmente para los pequeños y medianos, porque el gran importador de los excedentes europeos de porcino es Rusia, un país que vive envuelto en una crisis financiera de enormes proporciones. Los importadores rusos no van a poder seguir asumiendo el 30% del excedente europeo. Medidas de intervención Ante esta situación, la Generalitat propondrá al Ministerio de Agricultura una compra por intervención con fondos comunitarios, como ya se hizo para evitar la caída de precios del bovino. El consejero de Agricultura de la Generalitat, Francesc Xavier Marimon, atribuyó ayer esta crisis a una superproducción exagerada, que se ha visto agravada por el cierre de mercados como el asiático o el ruso. La propuesta se planteará la semana próxima en una reunión en la que Marimon confía que tendrá el apoyo de los consejeros de agricultura de otras comunidades autónomas.