FERIA DE ARGANDA DEL REY

Valor y torería

Salió el toro, toreros verdaderos hacían falta allí, quiere decirse diestros con valor y torería, y de eso anduvieron sobrados los espadas. Los tres: como un solo hombre.Salió el toro y, siendo novillo, no se podía pedir más. El toro con todo lo que su edad comporta; el toro -a la edad de novillo- cuajado, proporcionado, musculoso, con la cornamenta en estado virginal.

Alguno hubo que, en cuestión de pitones, andaba medio romo, mas los que salieron íntegros presentaban una arboladura que infundía respeto.

Esos toros con edad de novillos son muy difíciles de ver por esas plazas de...

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Salió el toro, toreros verdaderos hacían falta allí, quiere decirse diestros con valor y torería, y de eso anduvieron sobrados los espadas. Los tres: como un solo hombre.Salió el toro y, siendo novillo, no se podía pedir más. El toro con todo lo que su edad comporta; el toro -a la edad de novillo- cuajado, proporcionado, musculoso, con la cornamenta en estado virginal.

Alguno hubo que, en cuestión de pitones, andaba medio romo, mas los que salieron íntegros presentaban una arboladura que infundía respeto.

Esos toros con edad de novillos son muy difíciles de ver por esas plazas de Dios aunque juren que tienen edad de toros. Esos toros serios, cuajados, cornalones, no los ven los fenómenos de las gestas y de las épicas ni en fotografía.

García / Vilariño, Gómez, Millán

Novillos de Alejandro García, con trapío, grandes y serios, mansos y broncos. David Vilariño: estocada corta tendida -aviso mientras intentan apuntillar a la res, que se levanta- y descabello (silencio); estocada (silencio). Gómez Escorial: estocada trasera y rueda de peones (vuelta); estocada caída (oreja). Jesús Millán: pinchazo bajo, rueda de peones, pinchazo hondo bajo, ruedas insistentes de peones y descabello (silencio); media atravesadísima baja, rueda de peones, pinchazo bajo y descabello (palmas).Plaza de Arganda del Rey, 7 de septiembre. 1ª corrida de feria. Tres cuartos de entrada.

Y, además, presentaron dificultades. Mansos los seis. Mansos y broncos. Mansos, probones y escarbones. Mansos de los que no aguantan una avispa merodeándoles lo del día de la boda, y al mínimo amago lidiador ya se estaban refugiando por donde las talanqueras.

En plazas cuadradas -cual era el caso- todo rincón es propicio a la querencia y, habiendo cuatro, los mansos tenían dónde elegir. Preferían, naturalmente, el más distante al que ocupaba el armatoste picador.

El armatoste picador -el consabido percherón enguatado, el voluminoso jinete en lo alto de la empalizada, su castoreño- se sitúa cerca de un rincón en el lateral opuesto a los chiqueros, y el toro lo tenía claro: trotaba por la diagonal al rincón contrario. Y entonces se les acumulaba el trabajo a los lidiadores para sacarlo de allí.

Banderillear esos toros serios, mansos, querenciosos, broncos, en semejantes circunstancias supone una verdadera heroicidad y los banderilleros hubieron de mutar su carne mortal en madera de héroes para prender siquiera fuese un palitroque.

Torearlos constituye empresa aún mayor. Ponerse delante de aquellos morlacos a la defensiva no sería concebible sin un valor a toda prueba; presentarles los engaños, sacarles pases, intentar ligarlos, únicamente podía hacerse a base de vergüenza torera. Y así fue.

Gómez Escorial llegó a ligar hasta las verónicas. ¿Sabía la tropa que las verónicas no consisten en correr y se fundamentan también en la ligazón? Pues Gómez Escorial ligó tres, con su media. Y en los turnos de muleta estuvo valentísimo, aportando recursos de diestro enterado, sacando muletazos que se suponían imposibles.

Igual hizo David Vilariño, obligado a aliñar al bronco primer toro, en tanto al cuarto, no mucho mejor, le sacó faena principalmente por naturales. Y Jesús Millán, que es torero de clase, según trascendió pese a lo deslucido que resultó su lote.

Vilariño, Escorial y Millán no se hacían rogar para echarse la muleta a la izquierda. Se echaban la muleta a la izquierda más pronto que la mar. Acaso con el borrego inválido que sacan cada tarde se vuelvan cursis y parezcan del montón. Pero con el toro de verdad se apreció que pueden ser toreros importantes. ¡Ah si saliera siempre el toro! Si saliera siempre el toro pondría a cada cual en su sitio. Y -quién sabe- a lo mejor las gestas y las épicas cambiaban de titular.

Mejora José Luis Triviño

El novillero José Luis Triviño, que el domingo sufrió una cornada grave en el vientre en Belmonte de Tajo (Madrid), ha mejorado y está fuera de peligro. Y Miguel Abellán, herido grave el pasado día 2 en Palencia, ha sido dado de alta, informa Efe.

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