Al volante de un Bugatti de 1927

"¡Qué bonitos!", "qué chulos!", "¡preciosos!" Calificativos como éstos se repitieron ayer por las calles de Bilbao al paso de una docena de coches antiguos. Alguien se preguntó mientras los vehículos aguardaban a las puertas del Museo Vasco, en el Casco Viejo: "¿Esto andará?" Y vaya si anduvieron. Primero, fueron de visita al Ayuntamiento a saludar al alcalde, Josu Ortuondo, pero antes se lucieron por, entre otros lugares de la ciudad, el Arenal, la avenida de las Universidades, el puente de Deusto y, ¡cómo no!, el Museo Guggenheim. Para volver al Casco Viejo también se dieron una pequeña vuel...

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"¡Qué bonitos!", "qué chulos!", "¡preciosos!" Calificativos como éstos se repitieron ayer por las calles de Bilbao al paso de una docena de coches antiguos. Alguien se preguntó mientras los vehículos aguardaban a las puertas del Museo Vasco, en el Casco Viejo: "¿Esto andará?" Y vaya si anduvieron. Primero, fueron de visita al Ayuntamiento a saludar al alcalde, Josu Ortuondo, pero antes se lucieron por, entre otros lugares de la ciudad, el Arenal, la avenida de las Universidades, el puente de Deusto y, ¡cómo no!, el Museo Guggenheim. Para volver al Casco Viejo también se dieron una pequeña vuelta. Esta docena de maravillas a cuatro ruedas, entre ellas modelos como un Delage de 1925, un Bugatti Grand Sport de 1927 o un Peugeot 203 de 1948, conmemoraban así el 75 aniversario del Real Automóvil Club Vasco Navarro. Este acto complementó la inauguración de la exposición El circuito de Lasarte, que estará en el Museo Vasco hasta el 20 de septiembre. La muestra ya ha podido verse en San Sebastián, Vitoria y Pamplona. "Terminar el recorrido de la exposición en Vizcaya no es casual porque es la provincia con mayor proyección del RAC", explicó Ángel Elberdín, comisario de la muestra, que rinde homenaje a los socios fundadores del club automovilístico. El circuito de Lasarte recuerda con imágenes y periódicos de la época, copas, insignias y otros objetos, los 11 años de carreras automovilísticas que animaron los veranos guipuzcoanos desde 1923 a 1935, con las excepciones de 1931 y 1932. En el primer año se corrió a 113 kilómetros por hora y el último, a 175 kilómetros por hora. Una de las muchas hazañas de este circuito memorable.

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