Editorial:

Huelga en Internet

LOS INTERANAUTAS españoles empiezan hoy un mes de protestas por el aumento de las tarifas de las llamadas locales de Telefónica, decretado por el Ministerio de Fomento, del que son sus principales víctimas, ya que son ellos quien más y por más tiempo consumen este tipo de llamada para conectarse a la red. Al margen de que los promotores de la protesta tengan más o menos respuesta, la protesta tiene fundamento. Telefónica ha manifestado su incomodidad por la política tarifaria de Fomento y ha intentado amortiguar el enfado de los navegantes de la red con descuentos nocturnos que los usuarios co...

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LOS INTERANAUTAS españoles empiezan hoy un mes de protestas por el aumento de las tarifas de las llamadas locales de Telefónica, decretado por el Ministerio de Fomento, del que son sus principales víctimas, ya que son ellos quien más y por más tiempo consumen este tipo de llamada para conectarse a la red. Al margen de que los promotores de la protesta tengan más o menos respuesta, la protesta tiene fundamento. Telefónica ha manifestado su incomodidad por la política tarifaria de Fomento y ha intentado amortiguar el enfado de los navegantes de la red con descuentos nocturnos que los usuarios consideran un maquillaje.Encarecer la llamada a Internet cuando en otros países es más barata o incluso se disfruta de la envidiada tarifa plana -cobro de un fijo al margen del tiempo de conexión- es entorpecer la incorporación de España a la cultura y el mercado de la red. Un país con un importante sector de la población desconfiado o analfabeto ante las nuevas tecnologías y cuyas empresas tienen una dimensión que dificulta la incorporación tutelada -muchas pyme no pueden permitirse un departamento informático- al avance telemático no puede, desde la Administración, penalizar económicamente el enganche a la red, porque ello perpetúa el retraso. Por otra parte, ya está abierto el debate sobre si, al final, el remedio es una tarifa más asequible o cambiar rotundamente la contabilidad del servicio. En Internet no es lo mismo enviar un pequeño paquete de bits con una cartita electrónica al hijo que está en EE UU que transmitir un grueso archivo audiovisual. Los dos ocupan línea, pero no el mismo volumen. De ahí que ya haya alguna empresa de comunicaciones norteamericana que factura la cuenta de Internet por el número de bits que se transmiten, y no por el tiempo de ocupación de una línea. Es un criterio razonable. Mientras tanto, los internautas no se merecen el castigo económico de querer acceder a una red cada vez más imprescindible para el ocio, la cultura y los negocios. Penalizarlos es un factor de atraso.

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