Tribuna:

Sube la presión

La inversión española no tiene nada claro el futuro del mercado de valores en el supuesto de que las grandes empresas que cotizan en él encuentren más problemas de los esperados en Latinoamérica. Por si acaso, parece que son muy numerosos los accionistas que no quieren acompañar a estas sociedades en la aventura y ayer el papel presionó con fuerza.

La caída del índice madrileño fue la más grande entre los principales mercados de Europa, lo que indica que a la inversión española le preocupa más la posible crisis en Latinoamérica que a la alemana la evidente crisis rusa.

En lo únic...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La inversión española no tiene nada claro el futuro del mercado de valores en el supuesto de que las grandes empresas que cotizan en él encuentren más problemas de los esperados en Latinoamérica. Por si acaso, parece que son muy numerosos los accionistas que no quieren acompañar a estas sociedades en la aventura y ayer el papel presionó con fuerza.

La caída del índice madrileño fue la más grande entre los principales mercados de Europa, lo que indica que a la inversión española le preocupa más la posible crisis en Latinoamérica que a la alemana la evidente crisis rusa.

En lo único que coincidieron ayer todos los mercados europeos fue en sufrir una fuerte caída a media mañana, sin que los operadores supieran todavía a última hora de la tarde cómo se había llegado a esa situación y porqué.

El índice general de la Bolsa de Madrid llegaba a perder en ese momento 24,29 puntos, un 2,91%, lo que acumulaba un recorte de más de 100 puntos en este mes y ponía a tiro el soporte del 800 para Madrid y el 9.000 para el Ibex 35, una situación de alto riesgo que había que eludir a cualquier precio.

La relativa tranquilidad de Wall Street, que ganaba 50 puntos en el momento del cierre de Madrid, permitió a los valores más comprometidos con esta coyuntura aminorar sus pérdidas, aunque Telefónica lo tenía más difícil debido al abundante papel que salía en Nueva York. Wall Street terminó con un alza de 32,96 puntos, un 0,39% y se situó en 8.566,61.

La contratación volvió a los niveles altos, 172.386 millones de pesetas, pero con una acumulación muy lógica en esos grandes valores, lo cual indica, al mismo tiempo, que el resto del mercado permanece en estado de letargo.

El mercado de deuda registró algunas realizaciones de beneficios, lo que hizo subir la rentabilidad hasta el 4,68% mientras que el mercado alemán se mostraba más conservador y su rentabilidad apenas subió dos centésimas, lo que redundó en un incremento del diferencial hasta los 0,42 puntos, nuevo máximo del ejercicio.

Archivado En