La crisis de Asturias inquieta al presidente

El encuentro distendido de este fin de semana entre el díscolo presidente del Principado de Asturias, Sergio Marqués, y el nuevo ministro portavoz, Josep Piqué, se observa no sólo en el PP como un gesto de la nueva "cara amable" del Ejecutivo que preside José María Aznar. Es cierto que tras su charla amigable, Marqués y Piqué mantuvieron las tesis preestablecidas por ambos bandos en el conflicto que desangra al PP asturiano, pero hasta ahora nadie en el Gobierno se había atrevido a tanto en el feudo que quiere controlar el vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos. Fuentes de la direc...

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El encuentro distendido de este fin de semana entre el díscolo presidente del Principado de Asturias, Sergio Marqués, y el nuevo ministro portavoz, Josep Piqué, se observa no sólo en el PP como un gesto de la nueva "cara amable" del Ejecutivo que preside José María Aznar. Es cierto que tras su charla amigable, Marqués y Piqué mantuvieron las tesis preestablecidas por ambos bandos en el conflicto que desangra al PP asturiano, pero hasta ahora nadie en el Gobierno se había atrevido a tanto en el feudo que quiere controlar el vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos. Fuentes de la dirección del PP han constatado que a Aznar "no le divierte nada cómo se ha desbocado la crisis en Asturias". En el entorno del presidente no se culpa directamente a Cascos, pero sí se subraya el disgusto de Aznar por la prolongación de este conflicto, que, en opinión del presidente, podría haberse evitado. De esa opinión, aunque siempre desde el más riguroso anonimato, son otros miembros del Ejecutivo.A Aznar, según esas fuentes, tampoco le habría gustado conocer la intención de Cascos de dejar la secretaría general del PP a través de una entrevista y no directamente.

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