Fuegos de artificio naturales

El volcán siciliano Etna experimenta su mayor actividad en dos años

Ruido, luces, explosiones. Parecía la celebración de santa Rita, la patrona de Catania, pero los fuegos del pasado jueves más que de artificio eran naturales, y los expulsaba el volcán siciliano Etna (3.330 metros de altura) por dos de sus cráteres. Ayer ya volvía a dormir.

Las cenizas expulsadas se esparcieron en un radio de 10 kilómetros, y causaron una intensa lluvia de polvo gris. Las rocas más grandes lanzadas por los cráteres se encontraban a más de dos kilómetros del Etna. El miedo volvió a embargar a los habitantes de Catania, que sufren la amenaza de su monte más célebre de...

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Ruido, luces, explosiones. Parecía la celebración de santa Rita, la patrona de Catania, pero los fuegos del pasado jueves más que de artificio eran naturales, y los expulsaba el volcán siciliano Etna (3.330 metros de altura) por dos de sus cráteres. Ayer ya volvía a dormir.

Las cenizas expulsadas se esparcieron en un radio de 10 kilómetros, y causaron una intensa lluvia de polvo gris. Las rocas más grandes lanzadas por los cráteres se encontraban a más de dos kilómetros del Etna. El miedo volvió a embargar a los habitantes de Catania, que sufren la amenaza de su monte más célebre desde 1614, año de la primera erupción. Sin embargo, todo quedó en un estruendoso espectáculo de luces y colores que agitó la tierra durante unas horas. "Ésta ha sido la actividad más violenta del Etna en los últimos dos años", precisaba el director del Instituto de Vulcanología de Catania, Letterio Villari, quien aventuró que podría producirse una nueva actividad, pero no supo precisar cuándo. La última ocurrió en la primavera de 1992.

Los únicos damnificados han sido los usuarios del aeropuerto, que cerró por el humo.

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