Una asociación de anoréxicos cree "insegura" una sala de psiquiatría

La unidad de Psiquiatría del centro de servicios sociales Juan XXIII, situado en la localidad de Móstoles (196.500 habitantes), "carece de unas elementales medidas de seguridad", según denunció ayer la presidenta de la Asociación de Anoréxicos y Bulímicos de la zona sur, Amalia Ruberte.

"Esta consulta se sitúa en un cuarto piso, no tiene vigilantes y las ventanas carecen de protección alguna", se lamenta Amalia Ruberte. La última consecuencia de la "inseguridad" que denuncia la Asociación de Anoréxicos y Bulímicos se produjo el pasado viernes cuando un joven de 25 años que esperaba ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La unidad de Psiquiatría del centro de servicios sociales Juan XXIII, situado en la localidad de Móstoles (196.500 habitantes), "carece de unas elementales medidas de seguridad", según denunció ayer la presidenta de la Asociación de Anoréxicos y Bulímicos de la zona sur, Amalia Ruberte.

"Esta consulta se sitúa en un cuarto piso, no tiene vigilantes y las ventanas carecen de protección alguna", se lamenta Amalia Ruberte. La última consecuencia de la "inseguridad" que denuncia la Asociación de Anoréxicos y Bulímicos se produjo el pasado viernes cuando un joven de 25 años que esperaba ser atendido por el médico, "sufrió una crisis de ansiedad, se lanzó por la ventana y murió", según el propio relato de Amalia Ruberte.

La situación de la consulta de psiquiatría dentro del edificio ha motivo que los pacientes y sus familiares tomen alguna precaución cuando acuden al centro: "Nosotros mismos llevamos a la consulta a nuestros familiares anoréxicos o bulímicos y pedimos a amigos o vecinos que nos acompañen, porque, ante un arrebato suicida, no hay un solo vigilante que pueda ayudarnos", se queja la presidenta de la asociación de la zona sur.

Un responsable de los servicios sociales del Ayuntamiento de Móstoles aclaró a EL PAÍS que el centro depende del Gobierno regional y que la consulta de psiquiatría tiene un celador.

Barrotes en las ventanas

Por su parte, fuentes de la dirección de Psiquiatría del área sanitaria número 8 explicaron a este periódico que "ninguna consulta ambulante ha de tener barrotes en las ventanas porque los pacientes graves se atienden en los hospitales"."El centro de salud mental Juan XXIII reúne las mismas condiciones de seguridad que cualquier otro de Madrid", añadieron estas fuentes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tras calificar de "desafortunada" la muerte del joven, las mismas fuentes sanitarias añadieron que el suceso "podría haberle ocurrido en su casa o en cualquier otro lugar".

Archivado En