Reportaje:

Al ritmo de Felipe II

Una compañía de danza recrea en el monasterio de El Escorial el baile cortesano del siglo XVI

Es una ocasión excelente para revivir la historia pasada en el tiempo presente, de disfrutar, en una noche de verano del siglo XX, de los mismos pasos de danza que presenciaba el mismísimo rey Felipe II en el siglo XVI. Y, por si todo esto fuera poco, qué mejor escenario para presenciar la obra que el propio monasterio de San Lorenzo de El Escorial, el lugar donde se celebraban estos bailes cortesanos.En plena conmemoración del cuarto centenario de la muerte del monarca renacentista, una compañía de danza, La Españoleta, posibilita esta peculiar retrospectiva artística. Marta Guisado, la direc...

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Es una ocasión excelente para revivir la historia pasada en el tiempo presente, de disfrutar, en una noche de verano del siglo XX, de los mismos pasos de danza que presenciaba el mismísimo rey Felipe II en el siglo XVI. Y, por si todo esto fuera poco, qué mejor escenario para presenciar la obra que el propio monasterio de San Lorenzo de El Escorial, el lugar donde se celebraban estos bailes cortesanos.En plena conmemoración del cuarto centenario de la muerte del monarca renacentista, una compañía de danza, La Españoleta, posibilita esta peculiar retrospectiva artística. Marta Guisado, la directora y fundadora del grupo, tuvo la original idea de ofrecer al público actual un espectáculo con cuatro siglos de historia.

Austria Felice se representará el 4 de julio a las 22

30 horas en el patio de Carruajes del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. El precio de cada una de las 600 localidades es de 1.000 pesetas. Pueden adquirirse a través de Cajamadrid. Teléfono 902 48 84 88.

La obra lleva por título Austria Felice, y es la coreografía original que se representó en la boda de Isabel Clara Eugenia, la hija mayor de Felipe II, con el archiduque Alberto de Austria, a comienzos del siglo XVII.

La puesta en escena es muy atractiva: 12 bailarines y 13 músicos, todos vestidos con atuendos que imitan, hasta el último detalle, los de la época. Y eso se paga. A Guisado le ha costado ocho millones de su bolsillo sufragar el montaje de la obra. "Tuve que hipotecar mi casa para que me dieran el préstamo", señala. Aún así, explica la directora, "el precio me ha salido barato, puesto que parte del montaje ha sido elaborado por amigos artistas y artesanos".

Pero a Guisado no sólo le ha costado dinero sacar adelante su proyecto, sino también años de investigación. Tenía un objetivo claro: conseguir la coreografía originaria de las danzas del siglo XVI. "Elaborar un montaje tan antiguo no ha sido tarea fácil. Había que conocer el arranque de la obra, su desarrollo y desenlace. Y saber hacia qué parte del escenario dirigían sus pasos los bailarines en cada momento. Para averiguarlo, recopilé información de los pocos tratados de danza de la época que hay, y que son todos de autores extranjeros", explicó. En concreto, Guisado estudió los tratados del coreógrafo francés Arbeu (que publicó su libro en 1589) y de los italianos Fabritio Caraso (la publicación es de 1581) y Cesare Negri (escribió su tratado en 1602).

Los músicos de la obra, de la Sociedad de Música Antigua (Sema), tienen tanto protagonismo como los bailarines. Tocan instrumentos antiguos como la cítola (de cuerda) o el sacabuche y el bajón (de viento).

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Para aderezar semejante salsa, nada mejor que una escenografía inspirada en los salones de palacio donde se celebraban los saraos del monarca e instalada en el bello patio de carruajes del monasterio de San Lorenzo. El montaje lleva grandes columnas y velas, réplica del estilo de la época. La obra se estrena mañana en Madrid y se representa, el día 5, en el Patio de Armas del Alcázar de Segovia.

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