La gran batalla financiera

El segundo gran asunto del semestre austriaco, junto al empleo, es la preparación del paquete financiero de la Agenda 2000, la programación presupuestaria de la UE para el período comprendido entre los años 2000 y 2006. Austria no completará este período, pero entrará de lleno en su negociación, en la que pretende mantener una cierta equidistancia entre los países prósperos y los de la cohesión, como España. Austria ha ofrecido ya algunas pistas de sus posiciones:Reticencia al "cheque británico". En el debate sobre las contribuciones de los ricos, sólo España había cuestionado la perma...

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El segundo gran asunto del semestre austriaco, junto al empleo, es la preparación del paquete financiero de la Agenda 2000, la programación presupuestaria de la UE para el período comprendido entre los años 2000 y 2006. Austria no completará este período, pero entrará de lleno en su negociación, en la que pretende mantener una cierta equidistancia entre los países prósperos y los de la cohesión, como España. Austria ha ofrecido ya algunas pistas de sus posiciones:Reticencia al "cheque británico". En el debate sobre las contribuciones de los ricos, sólo España había cuestionado la permanencia del cheque británico, conseguido por Margaret Thatcher como fórmula para recuperar parte de lo que aporta el Reino Unido a las arcas comunitarias. "Habrá que discutirlo abiertamente y examinar la historia de cómo hemos llegado a los flujos actuales", respondió -en tono diplomático pero con dureza de fondo- el ministro austriaco de Hacienda, Rudolf Edlinger, al ser preguntado por el caso especial del Reino Unido. Rompía un tabú.

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Empezar por la cohesión. La discusión se iniciará por lo que más preocupa a España: "Queremos decidir al menos sobre algunos elementos clave del paquete, como los fondos estructurales y el de cohesión", afirma la ministra de Asuntos Europeos, Benita Ferrero-Waldner.

La banda de los cuatro. Algunas fuerzas significativas matizan la posición oficial de Austria, que junto con otros tres países ricos contribuyentes netos (Alemania, Suecia y Holanda) ha pedido un mecanismo a la británica. "Lo que queremos es no pagar más, pero si se aprueba el techo del 1,27% del PIB , seguiremos contribuyendo", indica el presidente del Partido Popular y ministro, Andreas Khol. "Habría que repensar cómo se usa el dinero, si la agricultura necesita tanto", añade el líder sindical austriaco Fritz Verzetnisch.

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