El Gobierno emplaza al PNV, tras el atentado, a que rompa sus conversaciones con HB

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, pidió ayer al PNV el cese de las conversaciones que mantiene con Herri Batasuna desde hace meses. Mayor, que ofreció una rueda de prensa en el Congreso, manifestó que el asesinato del concejal del PP Manuel Zamarreño es la prueba de que ETA no está por "aproximarse a una tregua". En tono grave, dirigiéndose al PNV, dijo que "el peor atajo, el que produce más beneficios a ETA es la aproximación a HB". El presidente del Gobierno, José María Aznar, que también se encontraba en el Congreso, advirtió a los asesinos de Zamarreño que "lo pagarán".

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El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, pidió ayer al PNV el cese de las conversaciones que mantiene con Herri Batasuna desde hace meses. Mayor, que ofreció una rueda de prensa en el Congreso, manifestó que el asesinato del concejal del PP Manuel Zamarreño es la prueba de que ETA no está por "aproximarse a una tregua". En tono grave, dirigiéndose al PNV, dijo que "el peor atajo, el que produce más beneficios a ETA es la aproximación a HB". El presidente del Gobierno, José María Aznar, que también se encontraba en el Congreso, advirtió a los asesinos de Zamarreño que "lo pagarán".

Mayor, en nombre del Gobierno, tiene claro que en estos momentos no hay indicios de tregua de ETA ni posibilidades de diálogo con HB, frente a la opinión de los movimientos de aproximación al nacionalismo radical que existen en el País Vasco. "La lucha contra el terrorismo es una batalla difícil y dura. Hay que seguir esta lucha desde la tenacidad. No van a doblegar nuestras posiciones", fue su mensaje. El ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, remachó: "No se va a negociar jamás con quienes ponen una pistola encima de la mesa". Rajoy y el ministro de Trabajo, Javier Arenas, acompañaron al vicepresidente Rodrigo Rato en la tarde de ayer en la concentración que se celebró ante el ayuntamiento de Rentería en repulsa por el asesinato.Tras emplazar a "aquellos que creen", como el PNV, que se están produciendo cambios en HB y, en consecuencia, movimientos a favor del diálogo, adelantó que este asesinato "debe ser un motivo de reflexión para los partidos que precipitan movimientos alrededor de HB" porque la coalición independentista "no condenará este atentado y será, por tanto, una vez más cómplice de ETA".

El vaticinio de Mayor se cumplió. Por la tarde, HB emitía un comunicado en el que no sólo no condenaba el asesinato, sino que acusaba al PP de haber apostado por "la ciega vía policial y represiva" en vez de por "una salida dialogada que posibilite la superación de dicho conflicto".

El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, tras condenar el crimen, lamentó que "aquí, a diferencia del caso irlandés, quien manda es ETA y no HB" y la banda terrorista es "una máquina de muerte" que no quiere la paz. Dirigiéndose a HB dijo que "si quieren conversaciones con el PNV, en lugar de todos esos análisis que no sirven para nada, lo que tienen que hacer es condenar el asesinato de Zamarreño". El portavoz del PNV, Joseba Egibar, recalcó: "ETA sobra porque Euskadi no necesita de su tutela sangrienta".

El portavoz de CiU, Joaquim Molins, echó un capote al PNV al llamar a las fuerzas democráticas a "caminar unidas" para vencer el terrorismo y "no demonizarnos entre nosotros".

En la dirección nacional del PP se respiraba dolor. Su coordinador general, Ángel Acebes, leyó consternado una declaración en el Congreso: "La cobardía de los asesinos de ETA sólo puede ser comparable a su miserable desprecio por el derecho a la vida de las personas y por su abominable rechazo a la soberanía popular que encarnan los concejales, convertidos en objetivos terroristas para implantar el miedo en el PP" y en toda la sociedad. Acebes reiteró la necesidad de mantener la serenidad y la confianza en el Estado de derecho, la política antiterrorista del Gobierno, los pactos de Ajuria Enea y de Madrid y la labor policial. El PP transmitió la "inquebrantable voluntad" de todos sus cargos en Euskadi de seguir en las instituciones.