Olga Guillot celebra sus 60 años de carrera con cinco recitales en España

Olga Guillot es una figura indiscutible de la canción de este siglo. Es el alma del bolero, la gran mujer del bolero. Este año cumple seis décadas de carrera y, pese a estar prácticamente retirada de los escenarios, ha decidido celebrarlo con su público. «El bolero es mi escuela, es mi género y es mi estilo», dice la cantante veterana cubana, como declaración de principios. Hoy empieza en Madrid una serie de recitales que la llevarán a Gijón (1 de junio), Barcelona (día 5), Sevilla (día 8) y Salamanca (día 11).

Sesenta años de profesión dan para mucho, sobre todo si el éxito acompaña bu...

Olga Guillot es una figura indiscutible de la canción de este siglo. Es el alma del bolero, la gran mujer del bolero. Este año cumple seis décadas de carrera y, pese a estar prácticamente retirada de los escenarios, ha decidido celebrarlo con su público. «El bolero es mi escuela, es mi género y es mi estilo», dice la cantante veterana cubana, como declaración de principios. Hoy empieza en Madrid una serie de recitales que la llevarán a Gijón (1 de junio), Barcelona (día 5), Sevilla (día 8) y Salamanca (día 11).

Sesenta años de profesión dan para mucho, sobre todo si el éxito acompaña buena parte de esa carrera. Desde la legendaria ocasión en que Olga Guillot compartió cartel con Edith Piaf hasta sus multitudinarios conciertos en el Carnegie Hall, la cantante cubana ha labrado su suerte a punta de sentimiento y de una voz hecha a la medida de la música que la sigue haciendo vibrar. «Hace siete años me retiré de los escenarios», dijo hace unos días en conversación telefónica. «Llevo casi toda mi carrera viajando por el mundo entero y me parece muy bonito que los países en los que he triunfado me reclamen para que cante ahora, para celebrar esta fecha, sobre todo en España. Es un aniversario muy importante para mí. No todo el mundo llega a eso».A los 73 años, con 51 discos grabados y tras haber participado en 16 películas, Olga Guillot se toma las cosas con filosofía. «Hay que trabajar mucho para lograr lo que he logrado yo. Lo han conseguido muchos, pero hemos sido personas que amábamos nuestra profesión. Esta carrera es un sacerdocio, es algo muy bello, muy precioso», enfatiza. «Y no hablo de los peores momentos porque a nadie le regalan las cosas en bandeja de plata. Tienes que saber cuándo triunfas, cuándo has luchado, hasta dónde vas a llegar y tener la mentalidad suficiente para saber cuándo has fracasado y cuando has recibido algunas patadas, saberlas encajar».

Pero hay algo que ella ha tenido siempre muy claro y eso, quizá, haya sido su mayor ventaja. «Yo soy bolerista, de toda la vida», asegura. «He cantado alguna que otra balada, porque mi compañía de discos me hizo grabar algunas, que además fueron preciosas, con letras muy profundas y muy bonitas, que no me sacaban de la temática de Olga Guillot. Pero el bolero es mi escuela, es mi género y es mi estilo».