Entrevista:

«Es fascinante ver algo que nadie ha visto antes en el universo»

MadridEsta noche el primero de los cuatro telescopios gigantes VLT, de 8,2 metros de diámetro del espejo cada uno, recibirá la primera luz, es decir, se apuntará por primera vez al cielo en el Observatorio de Cerro Paranal (Chile). Massimo Tarenghi es director de este proyecto del Observatorio Europeo Austral (ESO). A sus 52 años, lleva 21 en ESO y tiene una gran experiencia en la construcción de telescopios: puso a punto uno de 2,2 metros de diámetro y luego construyó el modernísimo NTT para el observatorio de La Silla (Chile).

Pregunta. ¿Dónde toma la astronomía el VLT y a dónd...

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MadridEsta noche el primero de los cuatro telescopios gigantes VLT, de 8,2 metros de diámetro del espejo cada uno, recibirá la primera luz, es decir, se apuntará por primera vez al cielo en el Observatorio de Cerro Paranal (Chile). Massimo Tarenghi es director de este proyecto del Observatorio Europeo Austral (ESO). A sus 52 años, lleva 21 en ESO y tiene una gran experiencia en la construcción de telescopios: puso a punto uno de 2,2 metros de diámetro y luego construyó el modernísimo NTT para el observatorio de La Silla (Chile).

Pregunta. ¿Dónde toma la astronomía el VLT y a dónde la va a llevar?

Respuesta. Estoy convencido de que en los próximos dos o tres años descubriremos áreas de la astronomía que ahora sólo vislumbramos. Cuando vas a trabajar muy cerca del límite del universo, tienes mucho que aprender. Una cosa fundamental que ha cambiado en la astronomía actual respecto a cuando yo empecé es que ahora el astrónomo mira el universo en todas las formas, que no está ligado a un instrumento determinado sino que trabaja en el óptico, el infrarrojo, el ultravioleta...

P. Para un astrónomo, ¿es igual observar el cielo sacando placas fotográficas, como antes, que con las imágenes de computadoras, o se ha perdido algo la fascinación? R. Para alguien como yo, que empezó haciendo astronomía al aire libre, que pasaba once horas en el cilindro del foco de un telescopio de cuatro metros..., se ha perdido un poco la fascinación. Pero se hace mejor astronomía ahora. Y los jóvenes científicos, para los que estamos haciendo el VLT, conocen esta astronomía de ahora con las computadoras, que es también fascinante porque te permite datos de gran calidad. Cuando yo empecé, podía observar cada noche 12 ó 15 galaxias, mientras que ahora se estudian mil en una noche... Hay una enorme fascinación en ver algo que nadie ha visto y en comprender cosas que antes sólo intuíamos.

P. ¿Qué le parece la decisión española de construir un telescopio de 10 metros de diámetro para el observatorio del Roque de Los Muchachos (Canarias)?

R. Lo importante es que se haga en un tiempo breve, que España ponga los recursos para un proyecto de estas dimensiones en tiempos técnicos correctos, porque cada retraso genera el riesgo de que se diluyan los equipos. El Roque necesita un telescopio de estos porque no podrá ser un observatorio moderno sin él. España es capaz de hacerlo y que funcione.

P. ¿Qué ha sido lo más difícil en el proyecto VLT?

R. Nada es muy difícil cuando hay entusiasmo y se está haciendo algo único, pero surgen problemas siempre en las cosas inesperadas. Por ejemplo, parecía dificilísimo hacer los espejos de 8,2 metros de diámetro, casi imposible, y al final se han hecho siete. Sin embargo, tuvimos dificultades con los cimientos de los telescopios porque Paranal es una zona tan seca que ha habido que llevar el agua y utilizar aditivos químicos especiales para hacer un buen cemento, que es imprescidible para construir en una zona sísmica como esa. Un elemento de gran dificultad ha sido el espejo secundario.

P. ¿Le ha servido su experiencia con el NTT (Telescopio de Nueva Tecnología) para el VLT?

R. Ha sido fundamental. Hace año y medio incluso cerramos el NTT, de 3,5 metros de diámetro, para su uso astronómico ordinario y lo transformamos en un telescopio de tipo VLT en el que hemos podido hacer pruebas y desarrollos que aplicamos en el VLT.

P. En pocos años habrá en el mundo una docena de telescopios gigantes, de ocho a 10 metros diámetro. ¿Todos iguales?

R. Cada proyecto tiene unas características. Los japoneses, con Subaru, van a un telescopio que permite hacer todo, mientras que los estadounidenses, con sus dos Keck, tienden a especializarse en el infrarrojo. VLT es más complejo, no sólo un telescopio, porque está ligado al concepto de la sincronización de los mismos (en modo interferométrico), con una área colectora de luz total de 200 metros cuadrados (50 metros cuadrados de superficie del espejo principal de cada uno de los cuatro telescopios del VLT), de forma que combina las dos grandes novedades: la alta resolución, como el Hubble , y la enorme capacidad colectora, como los Keck. Es la característica única del VLT.

. ¿Hay un límite al tamaño de los telescopios en la Tierra?

R. Los límites siempre se pueden superar (risas). Una vez que logras que funcione una batería de telescopios combinados, no hay límite en el tamaño de superficie colectora.La cuestión es utilizar correctamente los telescopios. Los del tipo cuatro metros actuales no están acabados con la llegada de la generación de los ocho metros. Al contrario. Por ejemplo, colaboramos con el Observatorio de Nápoles para colocar un telescopio de 2,5 metros junto a los VLT y obtener catálogos de objetos que luego serán estudiados con el VLT. Lo importante es usar de forma óptica los instrumentos; hacer con los grandes observaciones que se pueden hacer los pequeños es absurdo, igual que intentar con los pequeños cosas que no pueden.

P. ¿Tienen futuro los telescopios en Tierra o la astronomía será cada vez más espacial?

R. Los telescopios en zonas de calidad óptica excepcional, como Paranal, permiten explorar dominios increíbles. La gran ventaja de trabajar en Tierra es aplicar tecnologías punta experimentales que no se pueden enviar al espacio sin estar bien ensayadas y cualificadas.

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