Reportaje:

Las chapuzas del 'efecto 2000'

La Administración española aún no ha preparado la mitad de sus ordenadores para la entrada en el nuevo siglo

Si usted tiene un ordenador que no sea Macintosh y lo compró antes de 1996 puede que el 1 de enero del año 2000 jamás llegue para él. En el primer segundo del nuevo siglo, la memoria que gobierna muchas computadoras retrocederá hasta los primeros minutos de 1900 o hasta el 4 de marzo de 1980, que es la fecha que están marcando muchos ordenadores a los que se les somete a la prueba del 2000. Y si usted posee un ordenador clónico (imitación de las principales marcas) comprado recientemente, es probable que también sufra los mismos trastornos. Cambiarle la memoria cuesta más que comprar un...

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Si usted tiene un ordenador que no sea Macintosh y lo compró antes de 1996 puede que el 1 de enero del año 2000 jamás llegue para él. En el primer segundo del nuevo siglo, la memoria que gobierna muchas computadoras retrocederá hasta los primeros minutos de 1900 o hasta el 4 de marzo de 1980, que es la fecha que están marcando muchos ordenadores a los que se les somete a la prueba del 2000. Y si usted posee un ordenador clónico (imitación de las principales marcas) comprado recientemente, es probable que también sufra los mismos trastornos. Cambiarle la memoria cuesta más que comprar uno nuevo. Los ordenadores que se fabricaban hasta hace pocos años estaban preparados para albergar los seis dígitos con que se registra el día, el mes y el año. Hoy marcarían: 24/05/98. Pero el 1 de enero del 2000, si usted administra un pequeño comercio con ordenador o guarda ahí el calendario de las oposiciones o las fechas para vacunar a los niños, el caos puede ser memorable. Trasládense esos trastornos a hospitales, oficinas de Hacienda, bancos... y se tendrá una idea de la importancia de la bomba del 2000.El ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, tras la conferencia de prensa del último Consejo de Ministros, el pasado viernes, regañó amistosamente a los periodistas: «No le habéis prestado mucha atención a la presentación de esta guía (sobre el efecto 2000) y es un tema importantísimo». Pero tal vez la razón por la que no le concedieron mucha atención es que el propio Gobierno no le ha hecho demasiado caso al problema. Mientras el Reino Unido empezó en 1997 gastándose 245 millones de pesetas en una campaña de concienciación, en España la concienciación se ha limitado a varias reuniones con empresarios y a la difusión en la administración pública de una guía de 200 páginas que ya se encontraba en Internet en la dirección del Ministerio de Administraciones Públicas (www.map.es/csi) y desde esta semana será distribuida en organismos públicos.

El propio ministro reconoció que aún quedan por adaptar el 50% de los ordenadores de la Administración. Pero aseguró que esperaba ver solventado el problema en junio de 1999. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) advierte en Internet: «La solución requiere bastante tiempo. Por ejemplo, a una empresa con 300 trabajadores y un nivel de informatización medio/alto le ha llevado 12 meses de intenso trabajo adaptar todos sus sistemas».

El primer ministro laborista, Tony Blair, entró directamente en la escena con unas ayudas estatales cercanas a los 100 millones de libras (24.500 millones de pesetas), informa Lourdes Gómez. En España, Mariano Rajoy asegura que para el próximo 5 de junio tal vez se destinen 10.000 millones de pesetas para este problema, a pesar del déficit público.

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), no gasta muchas bromas al respecto. En un comunicado de Internet, sostiene: «Nunca, en la historia de los ordenadores, ha existido una amenaza igual a la que se plantea para el año 2000. (...) Según una encuesta realizada en el último trimestre de 1997, sólo el 27% de las empresas con más de 500 trabajadores habían iniciado algún tipo de actuación. Este porcentaje se reduce al 12% para las empresas de menos de 500 trabajadores, y cae a un modesto 4% para las que tienen menos de 50».

Los empresarios advierten sobre algunas situaciones que se pueden generar con la entrada en el nuevo siglo: «(...) una llamada de dos minutos a las 23 h 59 m del 31 de diciembre de 1999 podría reflejarse en una factura de un siglo y un minuto. Muchos ciudadanos aparecerán con edades negativas y muchos jubilados figurarán como precoces pensionistas».

En las pruebas de ordenadores que se están efectuando en el Ministerio de Hacienda, un ciudadano se vio que le cargaban más de medio millón de pesetas en su cuenta. «Hay empresas, organismos y ayuntamientos que ya están teniendo problemas, pero se callarán», asegura Roberto Rodríguez, responsable informático de Unión Fenosa. «Yo mismo el otro día, con mi tarjeta de crédito, que caduca en el 2000, y por tanto me marca el año 00, con dos dígitos, intenté sacar dinero de un cajero. Y no pude sacarlo ».

La CIA, el servicio de inteligencia de Estados Unidos, ha aconsejado a sus agentes que para enero del 2000 acumulen la mayor cantidad posible de dinero en efectivo y preparen mantas para combatir el frío, por si fallan las empresas eléctricas y de gas. Pero todas las fuentes consultadas en España tachan a la CIA de alarmista.

John Koskinen, asesor del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, sobre el «virus del milenio», declaró a EL PAÍS: «Hasta ahora se ha dedicado mucho tiempo a los programas y a los propios ordenadores, pero se va a tener que redirigir la atención a los chips integrados, por ejemplo en ascensores, fábricas y maquinarias», informa Juan Cavestany.

Los bancos han sido las primeras entidades en adaptarse en España. Cajamadrid prevé una inversión de entre 1.500 y 2.000 millones de pesetas. Y ha destinado a 70 trabajadores desde 1996 para solventar el problema. El Banco Popular, 2.000 millones de pesetas y 100 personas.

En Suecia se ha impuesto un esquema de etiquetado para especificar qué productos se fabrican conforme al año 2000. En España no existe, ni tampoco existe el calendario que pide la patronal con las actuaciones gubernamentales.

La esperanza que le queda al ciudadano es que podrá defenderse con denuncias por negligencia.

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