SÍ AL ACUERDO DE STORMONT

Aplastante respaldo al acuerdo de paz en el Ulster y la República de Irlanda

La victoria fue absoluta. Los irlandeses de ambos lados de la frontera dijeron sí de forma mayoritaria a la solución pacífica del conflicto de Irlanda del Norte y al silencio de las armas, una difícil tarea que el Acuerdo de Stormont intentará culminar en los próximos meses. En medio del alto el fuego del IRA, que ha callado las pistolas para permitir este proceso de paz, el 94,39% en la República de Irlanda y el 71,12% en Irlanda del Norte dieron su respaldo en sendos referendos a un acuerdo que intenta poner fin a 30 años de conflicto armado .

La frenética campaña final del primer min...

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La victoria fue absoluta. Los irlandeses de ambos lados de la frontera dijeron sí de forma mayoritaria a la solución pacífica del conflicto de Irlanda del Norte y al silencio de las armas, una difícil tarea que el Acuerdo de Stormont intentará culminar en los próximos meses. En medio del alto el fuego del IRA, que ha callado las pistolas para permitir este proceso de paz, el 94,39% en la República de Irlanda y el 71,12% en Irlanda del Norte dieron su respaldo en sendos referendos a un acuerdo que intenta poner fin a 30 años de conflicto armado .

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La frenética campaña final del primer ministro británico, Tony Blair, consiguió que en el bando más difícil, el de los unionistas protestantes, también triunfara el sí, con un margen del 55%, según los sondeos. Fue un día histórico para la azotada provincia británica, que el viernes sometió a referéndum un difícil acuerdo de 67 folios en el que cada bando ha sido capaz de hacer concesiones dolorosas, pero decisivas y aun controvertidas, para conseguir la paz. «Hoy es un día de alegría, y quiero rendir tributo a la gente que ha tenido el coraje de votar sí», declaró emocionado Tony Blair, que se ha empeñado con talante visionario en la tarea. «Por fin podremos dar a los más jóvenes el futuro de paz que se merecen. Aún hay un gran camino por delante, pero el pueblo nos ha hablado con una voz poderosa, y nos ha dicho: "No hay lugar para las pistolas y las bombas. Eso es el pasado, eso se ha ido". Ahora yo quiero decirles: pronto estaré allí de nuevo para seguir adelante», manifestó el primer ministro desde Londres. El presidente Bill Clinton, que impulsó este acuerdo de forma decisiva desde un principio, opinó que el resultado del referéndum establece «una paz duradera» en el Ulster. En España, el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, declaró que la victoria del sí constituye «un triunfo de la razón, de la negociación, de la política y de la búsqueda de la paz por unas generaciones que no quieren vivir entre sangre y lágrimas».

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Católicos y protestantes apoyan la paz en Irlanda

El líder unionista, David Trimble, logra que más del 50% del voto protestante se incline por el "sí"

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primera David Trimble, el líder de los unionistas moderados, consiguió a última hora lo que las encuestas le negaron durante toda la campaña: el apoyo mayoritario en su bando unionista. Golpeado por el no de seis de sus 10 diputados, y diana de la agresiva campaña del unionista radical Ian Paisley en contra del acuerdo, Trimble se había fijado un 70% mínimo de votos del total de católicos y protestantes para demostrar que cuenta con el apoyo mayoritario unionista, es decir, de más del 50%. Y lo consiguió. Un sondeo publicado hoy por The Sunday Times estima que un 55% de los protestantes votaron en favor del acuerdo. Entre los católicos se calcula que el voto haya sido en un 96% por el sí. Trimble salió victorioso. Pero los unionistas, haciendo gala de nuevo de lo mal que se llevan con su propio nombre, se dividieron de nuevo a la hora de interpretar el resultado. El siempre encrespado reverendo Paisley no aceptó la derrota, pidió una cita inmediata con Blair y aseguró que el 56% de los unionistas había votado no. «Ya veremos qué pasa en las elecciones de junio, cuando los votos no se junten con los de los republicanos y se vea claro quién está con quién», dijo. «Yo iré a la Asamblea para salvar la unión (con el Reino Unido)». Con un 28,88% de votos contrarios al acuerdo en Irlanda del Norte, las elecciones del 25 de junio para esa Asamblea autónoma de 108 miembros serán muy reñidas. En ella se sentarán juntos los enemigos de décadas, como el propio Paisley y el líder del Sinn Fein, Gerry Adams. Y el reto, como aseguró ayer Blair, será «atraerse el apoyo de los que han votado no » . Muchos desafíos quedan en los próximos meses por afrontar, y entre ellos está el desarme del IRA y otros grupos terroristas de ambos bandos. Ayer, insistentemente, Gerry Adams dejó claro que la guerra no ha terminado, y que a la hora de hablar de desarme también se hablará del Ejército y la policía británicos. «La gente ha votado por el cambio completo. Ayer, mientras iba por mi calle, me pararon dos hombres armados, y no eran miembros del IRA, eran miem- bros del Ejército británico», de claró Adams. «Pero yo he votado sí, he votado por el cambio, y continuaré trabajando por un acuerdo de paz». Se abre ahora un agenda con nuevos retos para todos los bandos. Además de las elecciones del 25 de junio, sobre la mesa está la creación de un Gobierno para Irlanda del Norte, y de un consejo interfronterizo de toda la isla. Para 1999 se decidirá el futuro de la policía del Royal Ulster Constabulary (RUC), y un año después quedarán en libertad los presos de todos los grupos terroristas que mantengan el alto el fuego. Un largo camino que, en palabras de Blair «nos llevará a un gran futuro».

Enorme valentía

Si hay alguien que lo ha puesto todo en este referéndum, con enorme valentía, ha sido David Trimble, de 54 años. Trimble también lo puede ganar todo. Su partido es el más votado en Irlanda del Norte (33% en las elecciones generales de 1997) y, si no sufre un gran castigo por parte de sus electores más reaccionarios, se convertirá en junio en el primer ministro norirlandés. Trimble ha hecho un gran esfuerzo para aceptar el mismo acuerdo que Adams, su acérrimo enemigo del Sinn Fein. También le ha costado venderlo a sus votantes como una garantía de permanencia en el Reino Unido. Ha tenido que soportar cómo su propio delfín, el joven Jeffrey Donaldson, rompía en pedazos el documento de paz ante las cámaras de todo el mundo. Trimble ha sorprendido a todos con su campaña, que no le ha hecho ceder en ninguna de sus demás posiciones políticas: firmemente antieuropeísta, protestante, probritánico. Por supuesto, aún no quiere sentarse a la misma mesa de Adams. Si una imagen de la reñida campaña pasará a la historia, será la de Trimble de la mano de Bono, el líder del grupo U2, y del principal líder de los partidos católicos, el socialdemócrata John Hume, en el concierto celebrado el martes en Belfast. Ambos políticos acartonados, pero en un esfuerzo incontenible por la convivencia. Fue la imagen de la reconciliación.

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