La sanidad valenciana sólo ve mala praxis médica en la clínica privada

Hallados nueve casos de hepatitis en los 300 análisis realizados en el hospital público

Las autoridades sanitarias valencianas se inclinan ahora, en el caso del brote de hepatitis C, por circunscribir su hipótesis de «mala praxis médica» -supuestamente relacionada con el anestesista Juan Maeso- al centro privado Casa de Salud. En cambio, no aplican del mismo modo esa teoría al hospital público La Fe, puesto que, dicen, de las 300 muestras de sangre analizadas allí desde el pasado lunes sólo en nueve se confirma la presencia del virus y no se descarta que alguna de ellas esté dentro de la prevalencia habitual de la enfermedad (en torno al 2% de la población).

El brote de he...

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Las autoridades sanitarias valencianas se inclinan ahora, en el caso del brote de hepatitis C, por circunscribir su hipótesis de «mala praxis médica» -supuestamente relacionada con el anestesista Juan Maeso- al centro privado Casa de Salud. En cambio, no aplican del mismo modo esa teoría al hospital público La Fe, puesto que, dicen, de las 300 muestras de sangre analizadas allí desde el pasado lunes sólo en nueve se confirma la presencia del virus y no se descarta que alguna de ellas esté dentro de la prevalencia habitual de la enfermedad (en torno al 2% de la población).

El brote de hepatitis C detectado en Valencia afecta a 217 personas, según los datos oficiales, pero para los responsables de la sanidad pública el origen del mismo está relacionado con una supuesta «mala praxis» de un facultativo infectado (en referencia a Juan Maeso). Y eso a pesar de que el mismo anestesista trabajaba en el hospital público La Fe y de que los infectados proceden de ambos centros médicos. Así lo afirmaron en la noche del jueves el consejero valenciano de Sanidad, Joaquín Farnós, la jefa del servicio de Epidemiología, Hermelinda Vanaclocha, y el jefe del servicio de Microbiología del hospital La Fe de Valencia, Miguel Gobernador en una conversación mantenida con EL PAÍS.Las autoridades sanitarias tienen la «garantía» de que el material quirúrgico de La Fe cumple las medidas de control, pero reconocen sus limitaciones para lograr información de la Casa de Salud, que ha remitido a la consejería varios historiales en los que no figura el nombre del anestesista. Pese a ello, la consejería deriva pacientes a ese centro.

Tanto el consejero como sus asesores insisten en que la información es aún provisional, aunque «todo apunta» a la hipótesis de la mala praxis. «Hay una concentración de casos en el tiempo y en el espacio que no es normal», sostiene Vanaclocha. Entre los documentos que maneja figura el manual de Enfermedades Infecciosas de Mandell, Douglas y Bennett, en el que se afirma que las epidemias de hepatitis A y E son «frecuentes» y las de hepatitis B «raras», pero «no se producen epidemias de hepatitis C».

Ahora buscan la causa-efecto del brote detectado en la Casa de Salud y, en menor medida, en La Fe. Serán los estudios filogenéticos, dicen, los que permitirán deducir la antigüedad del virus y su origen, aunque insisten en la relación entre los casos detectados y una operación quirúrgica en la que intervino el anestesista apartado del ejercicio profesional.

No obstante, el estudio será largo y no se descarta que en ambos hospitales aparezcan casos de hepatitis C pre-quirúrgicos. Uno de los motivos es que se trata de una enfermedad asintomática en el 90% de los casos. «Cuando sí da síntomas es que ya es crónica y por tanto no se trata de una enfermedad nueva», explica Vanaclocha, que cita la obligatoriedad de declarar determinadas enfermedades -entre ellas la hepatitis C- cuando el médico las diagnostica.

«Conspiración»

El pasado jueves el consejero habló en las Cortes Valencianas de una presunta «conspiración de silencio» por parte de los médicos, y dijo que la infradeclaración de enfermedades (cuando se puede tratar de un brote) ha impedido que su departamento tuviera noticias del elevado número de casos de hepatitis C hasta el 20 de marzo.En la conversación del jueves insistió en que el proceso de información «de abajo a arriba» es el mismo en todos los países avanzados. Farnós acusa a la Casa de Salud de callar: «Si Iberdrola y Telefónica no hubieran denunciado varios casos, no nos hubiéramos enterado».

Sobre por qué no se realizan controles periódicos de la salud del personal sanitario, el consejero Farnós sostiene que él no quiere convertirse «en Hitler».

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