Un océano rebosante de cuentos

Las celebraciones literarias andaluzas no fueron sólo endogámicas: también vuelan, a través del océano común del idioma, hasta Argentina. El profesor y escritor sevillano Antonio Rodríguez Almodóvar, habla hoy de su especialidad -los cuentos populares y la literatura oral- en Buenos Aires al abrigo, cómo no, de su gigantesca feria local del libro -osea: de la sombra compartida de Cervantes- en un encuentro de especialistas hispanoamericanos en el cuento popular. Argentina quiere saber cómo puede extender la afición por un género al que, históricamente, han aportado no sólo montañas de materia...

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Las celebraciones literarias andaluzas no fueron sólo endogámicas: también vuelan, a través del océano común del idioma, hasta Argentina. El profesor y escritor sevillano Antonio Rodríguez Almodóvar, habla hoy de su especialidad -los cuentos populares y la literatura oral- en Buenos Aires al abrigo, cómo no, de su gigantesca feria local del libro -osea: de la sombra compartida de Cervantes- en un encuentro de especialistas hispanoamericanos en el cuento popular. Argentina quiere saber cómo puede extender la afición por un género al que, históricamente, han aportado no sólo montañas de material, pues su imaginario colectivo es apabullante, sino incluso una etiqueta linda, directa e inequívoca. "Cuentero. El dilema español entre cuentista y cuentacuentos, que tanta polémica crea aquí, está estupendamente resuelto en Argentina: cuentero", dice Almodóvar. Sin embargo, los latinoamericanos no saben cómo liberar a su memoria literaria popular de los límites de los tratados de etnografía y lograr lo que, por ejemplo, Antonio Rodríguez Almodóvar, tras sus años de estudio bajo la Fundación Juan March, ayudó a conseguir en España como director de la colección La media lunita, de la editorial Algaida: vender, en 10 años, varios millones de cuentos. "Para Latinoamerica, el cuento oral es una seña de identidad. Porque los trasterrados cuidaron su origen, porque su propia oralidad es riquísima, algo que, como sabemos, luego se materializó en Onetti, Donoso... Pero no consiguen que el cuento estalle". En Buenos Aires, hoy, desde la experiencia activa -no sólo académica, teórica- Almodóvar retará a dos apuestas: arriesgar en editoriales y escuela. "El cuento no es un privilegio de los especialistas. El cuento, en la escuela, puede rehabilitarse".

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