Sólo uno 'se dejó'

Ya se sabe, si sólo uno se deja, poca cosa se ve en una corrida. El toro que se dejó fue el cuarto, único que empujó en varas y que llegó a la muleta con especial nobleza por el pitón derecho. Y con él Juan Mora pudo demostrar que, a pesar de los pesares, sigue vivo. Los despachos, o lo que sea, han impedido que se le pueda ver en las cuatro primeras ferias importantes de la temporada, aunque ayer demostrase que es injusto. La faena fue toda por el pitón derecho, con cuatro o cinco series en redondo y sólo una probatura con la zurda. El muleteo tuvo hondura, temple, cercanía y la justa medida....

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ya se sabe, si sólo uno se deja, poca cosa se ve en una corrida. El toro que se dejó fue el cuarto, único que empujó en varas y que llegó a la muleta con especial nobleza por el pitón derecho. Y con él Juan Mora pudo demostrar que, a pesar de los pesares, sigue vivo. Los despachos, o lo que sea, han impedido que se le pueda ver en las cuatro primeras ferias importantes de la temporada, aunque ayer demostrase que es injusto. La faena fue toda por el pitón derecho, con cuatro o cinco series en redondo y sólo una probatura con la zurda. El muleteo tuvo hondura, temple, cercanía y la justa medida. Podía haber cortado la oreja, pero no logró hundir el estoque hasta el cuarto intento y todo quedó en una fuerte ovación.Al primero, Mora, molestado por el aire, únicamente pudo darle muletazos sueltos, pues el astado sólo tragaba uno o dos muletazos y salía huyendo. Sólo cuando le cambió los terrenos pudo darle una serie completa con la diestra.

Rojas / Mora, Conde, Canales

Cuatro toros de Gabriel Rojas, 4º noble, resto descastados. 1º y 6º de Javier Pérez Tabernero, con' movilidad y dificultades.Juan Mora, silencio y ovación. Javier Conde: silencio y ovación. Canales Rivera, silencio y palmas. Plaza Monumental, 12 de abril. Menos de media entrada.

El primer toro que lidiaba la ganadería sevillana de Gabriel Rojas en Barcelona, segundo de la tarde, fue mansurrón y acabó hecho un marmolillo, por lo que Javier Conde, con excesiva parsimonia, sólo pudo dar algún muletazo suelto de buen sabor, apuntando a los bajos en la suerte suprema. El quinto, noblón pero soso y muy parado, tampoco permitió gran lucimiento. Los pocos muletazos bellos que pudo administrar el diestro malagueño fueron oportunamente distinguidos por el público con sus olés, pero la faena, larga y de nuevo con excesiva parsimonia, se fue enfriando. Entró a matar con decisión y logró, a la primera, una buena estocada.

Otro animal descastado fue el tercero, al que Canales Rivera in tentó saludar con una larga a por tagayola. Luego, decisión y poco más, acabando sin poder confiarse y bastante premioso con estoque y descabello. El sexto no era una pera en dulce y Canales, estuvo es forzado con él, dando muchos pases con poco brillo y hasta con desarmes y enganchones. El público abandonó el coso aterido de frío. La tarde, además, aunque soleada, había sido ventosa y en ella el único calor lo puso Juan Mora con su bello muleteo al cuarto de esta corrida inaugural de la temporada barcelonesa.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En