Exteriores reactiva el diálogo político con Cuba y evalúa la oportunidad del viaje de los Reyes

La plena normalización de relaciones con Cuba, con el nombramiento ayer como embajador en La Habana del diplomático Eduardo Junco, tiene como objetivo inmediato relanzar el diálogo político al máximo nivel, único medio para impedir que los intereses españoles en la isla pierdan pie. El presidente de la patronal, José María Cuevas, al frente de una delegación de 50 empresarios, viajará el próximo día 15 a la isla en busca de nuevas inversiones. Mientras, en Asuntos Exteriores se sigue evaluando la oportunidad del viaje e los Reyes a la isla con motivo del centenario del 98.

El nuevo emba...

La plena normalización de relaciones con Cuba, con el nombramiento ayer como embajador en La Habana del diplomático Eduardo Junco, tiene como objetivo inmediato relanzar el diálogo político al máximo nivel, único medio para impedir que los intereses españoles en la isla pierdan pie. El presidente de la patronal, José María Cuevas, al frente de una delegación de 50 empresarios, viajará el próximo día 15 a la isla en busca de nuevas inversiones. Mientras, en Asuntos Exteriores se sigue evaluando la oportunidad del viaje e los Reyes a la isla con motivo del centenario del 98.

El nuevo embajador, que ayer regresó de Atenas (Grecia) donde se encontraba en una conferencia organizada por la OSCE, estará presente en las conversaciones que se mantendrán con el primer ministro cubano, Roberto Robaina, que llegará a Madrid el próximo lunes. Inmediatamente después se espera que viaje a La Habana para presentar sus cartas credenciales al presidente Cubano, Fidel Castro. A su llegada al aeropuerto de Barajas, el nuevo embajador, Eduardo Junco, declaró a Europa Press: "Llevaré [en Cuba] la política que me diga mi Gobierno, que es el Gobierno de todos los españoles". Aseguró que con los disidentes cubanos mantendrá "una relación natural y normal". Y añadió: "En todos los sitios donde he estado me he visto con todo el mundo sin ningún problema".El nombramiento del embajador deja tiempo suficiente para preparar la visita de los Reyes a Cuba antes de finales de año. El viaje, de realizarse, se haría después de la Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en octubre en la ciudad portuguesa de Oporto. En Exteriores se evalúa la oportunidad de la visita real en el marco del centenario del 98. Los partidarios consideran que sólo acarrearía ventajas, mientras que los detractores temen que no haga avanzar los intereses españoles en Cuba e incomode en Washington y en Miami.

El portavoz de Exteriores, Joaquín Pérez Villanueva, destacaba ayer que la reanudación del diálogo al máximo nivel permitirá avanzar en aquellos aspectos de las relaciones bilaterales y multilaterales, en el seno de la Comunidad Iberoamericana o de las relaciones de Cuba con la Unión Europea (UE), que son de interés para ambos países. El ministro Abel Matutes, mientras, expresó su confianza en que "el comportamiento del Gobierno cubano siga siendo como. el que ha tenido con otros gobiernos".

Satisfacción en Bruselas

El vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín, se congratuló ayer por la decisión de España de normalizar sus relaciones con Cuba y nombrar un nuevo embajador, informa desde Bruselas. En declaraciones a este periódico, el comisario español señaló que el giro de España deja ya completamente abiertas las puertas a que la UE apruebe la petición planteada por Cuba de adherirse en calidad de observador al grupo de países ACP (Asia-Caribe-Pacífico), con los que la UE mantiene relaciones políticas y comerciales preferentes."Desde que Cuba presentó su petición a la Comisión Europea, todo está preparado para que los asuntos cubanos pasen a ser gestionados por mi colega Joao de Deus Pinheiro", declaró. Marín es responsable de las relaciones con los países de América Latina, pero los socios de ACP entran en el área de competencias de Pinheiro.

El comisario español saludó también la petición de La Habana de adherirse a la ACP, Pero la adhesión cubana plantea contradicciones con la posición común adoptada por los Quince en diciembre de 1996 a instancias de España. Aunque la posición aprobada era mucho menos dura de lo que exigía el Gobierno de José María Aznar, en ella se condiciona la plena cooperación con Cuba a la mejora en el respeto a las libertades en ese país. Según fuentes de la Comisión, los Quince deberían modificar esas conclusiones a la hora de aprobar el ingreso de Cuba en los ACR España puso una piedra en el camino y esa piedra sigue ahí, por lo que lo lógico es que se retire o se demuestre que no era más que una chinita que no influye en la dirección que Fidel Castro quiere dar a su carro, sostienen otras fuentes comunitarias.

El ingreso de Cuba en calidad de observador cuenta ya con el visto bueno explícito de los socios caribeños y oficiosamente de los países africanos. España, el único país europeo que hubiera podido plantear problemas, no lo hará. Así lo ha reconocido el ministro Matutes. Y así lo demuestra el que Aznar haya nombrado embajador y evitado verse en la contradicción de apoyar a Cuba en la ACP sin haber resuelto la crisis diplomática.