Roban 14.000 botellas de una licorería tras atar a su propietario

Fue un asalto de alta graduación. Un grupo de atracadores, con ayuda de un camión, desvalijó o en la tarde del pasado martes la bodega Júcar, en Ajalvir, y se llevó 14.000 botellas de whisky y ginebra, valoradas en 20 millones de pesetas. "Me han quitado las ganas de trabajar", decía ayer Julián Redondo, propietario de la licorería. El hombre aún tenía el miedo en el cuerpo. No se olvidaba de cómo a las 19.45 del martes, justo cuando ya estaba sólo e iba a cerrar la bodega, vio aparecer por la puerta a dos tipos malencarados. Uno, con pistola, ocultaba su rostro con una barba de rabino, un...

Fue un asalto de alta graduación. Un grupo de atracadores, con ayuda de un camión, desvalijó o en la tarde del pasado martes la bodega Júcar, en Ajalvir, y se llevó 14.000 botellas de whisky y ginebra, valoradas en 20 millones de pesetas. "Me han quitado las ganas de trabajar", decía ayer Julián Redondo, propietario de la licorería. El hombre aún tenía el miedo en el cuerpo. No se olvidaba de cómo a las 19.45 del martes, justo cuando ya estaba sólo e iba a cerrar la bodega, vio aparecer por la puerta a dos tipos malencarados. Uno, con pistola, ocultaba su rostro con una barba de rabino, una peluca negra y unas gafas de sol del "tamaño de un televisor". El otro, con pasamontañas y casco de motorista, blandía una navaja.

"¡Al suelo! ¡No mires!", fueron las primeras frases que le espetaron. Luego le pusieron la pistola en el cuello y le preguntaron si esperaba a alguien. Julián, boca abajo, acertó a decir que aguardaba a los repartidores. "¡No mientas! Sabemos todo de ti", le respondieron. Acto seguido le demostraron que conocían su dirección y la de sus hijos. Sin más palabras, le ataron y le arrastraron hasta su propia furgoneta. "Después oí más voces", rememora Redondo.

Los ladrones metieron un camión en el almacén y, con ayuda de palas mecánicas, se apropiaron de la mercancía: whisky Chivas, Johnny Walker, Dewars, Cutty Sark, Passport, JB, Ballantines, bourbon Four Roses, ginebra Beefeater y brandy Veterano.

Entretanto, Redondo luchaba contra las cuerdas: "Las estiraba y mordía, pero no fue hasta medianoche cuando conseguí liberarme y avisar a la Guardia Civil. Ahora estoy asustado por lo que sabían. Cualquier día vuelven. Y esta calle es peligrosa, no hay alumbrado y da miedo hasta pasar en coche", concluyó.