TENSIÓN EN EL GOLFO

Una tregua de dos meses

La crisis que enfrenta a Irak con Estados Unidos se ha reabierto con toda violencia, cuando apenas se cumplen dos meses del último conflicto -noviembre de 1997-, que quedó aplacado gracias a la intervención de la diplomacla rusa. El presidente de Estados Unidos, Bíll Clinton, y el de Irak, Sadam Husein, han vivido dos meses de tregua aparente, aunque jalonada de pequeñas dicrepancias, pero que en ningún momento provocaron la interrupción de los trabajos de inspección de los técnicos de desarme de la ONU. El primer incidente de este último periodo se registró hace poco menos de cinco semanas, c...

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La crisis que enfrenta a Irak con Estados Unidos se ha reabierto con toda violencia, cuando apenas se cumplen dos meses del último conflicto -noviembre de 1997-, que quedó aplacado gracias a la intervención de la diplomacla rusa. El presidente de Estados Unidos, Bíll Clinton, y el de Irak, Sadam Husein, han vivido dos meses de tregua aparente, aunque jalonada de pequeñas dicrepancias, pero que en ningún momento provocaron la interrupción de los trabajos de inspección de los técnicos de desarme de la ONU. El primer incidente de este último periodo se registró hace poco menos de cinco semanas, cuando los técnicos de la UNSCOM solicitaron formalmente entrar en los palacios presidenciales de Sadam Husein para comprobar que no servían de almacén o de fábrica de armas químicas o biológicas. Un nuevo enfrentamiento, éste de más gravedad, se produjo hace tres semanas, cuando las autoridades de Bagdad decidieron boicotear uno de los cinco equipos de investigación de la ONU, el dirigido por el ex marine Scott Ritter, a quien de manera reiterada negaron la escolta necesaria para acudir a los centros estratégicos, por considerar que era un espía al servicio de la CIA y que su equipo estaba políticamente descompensado, al estar configurado por excesivo número de expertos norteamericanos y británicos. El recuerdo de la tensión vivida a finales del pasado mes de noviembre y el convencimiento de que había que solucionar este tipo de enfrentamientos por la vía diplomática llevó al responsable de la UNSCOM, Richard Butler, a viajar a Bagdad, donde permaneció hasta hace una semana, tratando de solucionar la crisis mientras ordenaba al equipo de Ritter abandonar provisonalmente el país. El regreso de Richard Butler a EE UU con las manos aparentemente vacías coincidió con el estallido del escándalo Lewinsky, disparándose casi al instante las primeras señales de alarma, que presagiaban un aumento de la tensión en torno al conflicto de Irak, como fórmula mágica destinada a distraer la atención de la opinión pública norteamericana.

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