Hacienda atribuye el fracaso en la erradicación de las timbas a los jueces

Las timbas clandestinas han ganado la partida a la policía y los inspectores fiscales de la Comunidad. Las dos grandes redadas organizadas por el Servicio de Control de los Juegos de Azar, dependiente de la Comisaría General de la Policía Judicial, e impulsadas por la Consejería de Hacienda, se han visto frustradas por los juzgados. Así lo señala un informe de Hacienda, que establece que estas actuaciones judiciales "han impedido erradicar la celebración de dichos juegos ilegales".El origen de estas intervenciones se remonta a finales de 1996, cuando el Servicio de Control de Juegos de Azar, s...

Las timbas clandestinas han ganado la partida a la policía y los inspectores fiscales de la Comunidad. Las dos grandes redadas organizadas por el Servicio de Control de los Juegos de Azar, dependiente de la Comisaría General de la Policía Judicial, e impulsadas por la Consejería de Hacienda, se han visto frustradas por los juzgados. Así lo señala un informe de Hacienda, que establece que estas actuaciones judiciales "han impedido erradicar la celebración de dichos juegos ilegales".El origen de estas intervenciones se remonta a finales de 1996, cuando el Servicio de Control de Juegos de Azar, siempre según el citado informe, "detectó la organización y celebración de partidas de juego ilegal o clandestino en domicilios particulares". Se trataba de timbas de póquer, un juego que el Gobierno regional se ha negado a permitir incluso en el casino de Torrelodones, que lo solicitó formalmente, para acabar con esta práctica.

La policía, con estos indicios, aceleró la investigación. El informe lo relata así: "Se abrieron los oportunos procedimientos sancionadores y se solicitó a la autoridad judicial competente los correspondientes mandamientos de entrada y registro en dichos domicilios con el fin de depurar las responsabilidades a que hubiera lugar, así como a proceder al decomiso del material de juego utilizado y constatar las infracciones que se estuvieran cornetiendo". Pero ninguno de los dos mandamientos de entrada y registro solicitados alcanzaron su objetivo.

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