La empresa más eficiente
Bancos, la Bolsa de valores, supermercados, empresas constructoras, ferreterías, hospitales o camaroneras. Los negocios del Ejército de Nicaragua no tienen límites. En un país donde la iniciativa privada comienza a resurgir, los militares han tomado la delantera manejando el programa de seguro social más rentable del país (un fondo de pensiones de más de 15 millones de dólares) y sentando a sus oficiales en las juntas de accionistas de las empresas más eficientes.El pasado domingo, la revista Confidencial revelaba un informe sobre las finanzas del Ejército que trataba de arrojar luz sob...
Bancos, la Bolsa de valores, supermercados, empresas constructoras, ferreterías, hospitales o camaroneras. Los negocios del Ejército de Nicaragua no tienen límites. En un país donde la iniciativa privada comienza a resurgir, los militares han tomado la delantera manejando el programa de seguro social más rentable del país (un fondo de pensiones de más de 15 millones de dólares) y sentando a sus oficiales en las juntas de accionistas de las empresas más eficientes.El pasado domingo, la revista Confidencial revelaba un informe sobre las finanzas del Ejército que trataba de arrojar luz sobre una información calificada de secreto de Estado.
La transparencia no es el fuerte del Ejército. Nadie ha podido conocer el resultado de la auditoría que realizó la firma internacional Ernst & Young. Conocer el rostro empresarial del Ejército es una labor de reconstrucción. Se sabe que es asesorado por Russell Company, una de las consultoras de inversiones financieras más fuertes del mundo, en el manejo de su fondo de pensiones. Se conocen sus participaciones accionariales en el Banco de Finanzas y el Banco Intercontinental, y el nombre de varios generales aparece en la lista de directivos de al menos cinco empresas constructoras. Si esto se completa con la venta de servicios en el Hospital Militar, uno de los principales de Managua, y con el alquiler de los helicópteros rusos, se intuye que las cuentas del Ejército no están en números rojos. El secretismo que rodea a estas inversiones se podría interpretar también como discreción. El general Joaquín Cuadra se caracteriza precisamente por medir sus apariciones en público.