Bailando con suecos
Un año más tarde en el mismo lugar. Y las mismas palmas de un público entusiasta formado por unos cuantos neohippies , miembros de la colonia escandinava en la ciudad, y muchos seguidores de los diálogos y milenios radiofónicos de Ramón Trecet. Tras el entusiasmo que despiertan estos nórdicos por aquí que buena parte del concierto se celebró con la gente puesta en pie.Y es que con Hedningarna se produce cierta confusión. Se les presenta como grupo renovador del folk del del norte de Europa y más parecen una banda de rockeros: basta fijarse en el encargado del asunto percusivo. Sí, es ci...
Un año más tarde en el mismo lugar. Y las mismas palmas de un público entusiasta formado por unos cuantos neohippies , miembros de la colonia escandinava en la ciudad, y muchos seguidores de los diálogos y milenios radiofónicos de Ramón Trecet. Tras el entusiasmo que despiertan estos nórdicos por aquí que buena parte del concierto se celebró con la gente puesta en pie.Y es que con Hedningarna se produce cierta confusión. Se les presenta como grupo renovador del folk del del norte de Europa y más parecen una banda de rockeros: basta fijarse en el encargado del asunto percusivo. Sí, es cierto, utilizan instrumentos de su tradición folclórica y antiguos poemas épicos, pero tanto como invocan el espíritu de Hendrix, la inmediatez de Status Quo o la estética Clure. Y el percusionista, dándole a la pandereta, feliz como un gnomo. Por momentos asomaron pasajes de una música mucho más valiosa, como la que sugieren sus interesantes discos. A la salida hubo carreras por apoderarse de los carteles pegados en las columnas y guardarlos como trofeo. Se trata de las estrellas del rave campestre.
Hedningarna
Palacio de Congresos. Madrid, 28 de noviembre.