Cartas al director

Pitadas y fundamentalismo

En su carta del día 5 de octubre de este año, el señor Miquel Fornells i Gallart se declara profesional de la docencia y nos alerta contra el resurgimiento fascista, "sobre todo desde que el PP se encuentra en el poder" (sic). Y enriquece su alegato en el caso Raimon para mostrar cómo resucitan con gran ímpetu los fascistas dormidos desde la transición democrática. También yo censuro, sin paliativos, a quienes silbaron a Raimon y José Sacristán. Pero también pude ver y oír (Macarenas horteras aparte) cómo los aplausos -mayoritarios- ensordecían los silbidos -minoritarios-....

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En su carta del día 5 de octubre de este año, el señor Miquel Fornells i Gallart se declara profesional de la docencia y nos alerta contra el resurgimiento fascista, "sobre todo desde que el PP se encuentra en el poder" (sic). Y enriquece su alegato en el caso Raimon para mostrar cómo resucitan con gran ímpetu los fascistas dormidos desde la transición democrática. También yo censuro, sin paliativos, a quienes silbaron a Raimon y José Sacristán. Pero también pude ver y oír (Macarenas horteras aparte) cómo los aplausos -mayoritarios- ensordecían los silbidos -minoritarios-.A propósito de pitadas y fundamentalismos, ¿sabía usted que nuestro grupo musical Sopa de Cabra, en una gira por Cataluña, recibió, de una parte del público, una insólita ración de pedruscos catalanes cuando tuvo la insana ocurrencia de cantar en castellano alguna canción compuesta por ellos en ese idioma? No se me ocurre qué calificativo aplicar a tales energúmenos. Usted, como docente, seguro que lo sabe.

Supongo que para dar más consistencia a su tesis, cita su experiencia personal: "Este resurgimiento fascista lo he podido comprobar en el modo de actuar de distintos medios oficiales donde funcionarios de este talante entorpecen el espíritu democrático que debería prevalecer en la Administración pública" (sic). Me permito sugerirle que para obtener algo de credibilidad no caiga en el burdo argumento generalizador e ilústrenos con algún ejemplo concreto. De paso, acláreme en cuál de los distintos niveles de la Administración pública (local, autonómica, central) se desenvuelven esos medios oficiales fascistoides.

Este sencillo ejercicio me ayudaría a comprender su pedagogía en toda la extensión que se merece. Le quedaré agradecido, pues a partir de ahora siempre que acuda a un organismo dependiente de la Administración pública, iré provisto de un medidor de fascistas. Al tratarse de un ingenio detector de amplio espectro, espero que también sirva para identificar nacionalistas irredentos.-

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