GENTE

UN MONUMENTO A LA AMISTAD

El general Sabino Fernández Campo, conde de Latores y ex jefe de la Casa del Rey, cuenta desde ayer con un busto en Oviedo, su ciudad natal. El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, presidió el acto de descubrimiento de un monolito que el homenajeado ha querido interpretar como "un monumento a la amistad". En una de las esquinas del céntrico Campo de San Francisco de la capital asturiana, el semblante y el gesto del conde de Latores han quedado inmortalizados en un bronce de 300 kilos de peso y 1,90 metros de altura, obra del escultor Víctor Ochoa, que ya esculpió con an...

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El general Sabino Fernández Campo, conde de Latores y ex jefe de la Casa del Rey, cuenta desde ayer con un busto en Oviedo, su ciudad natal. El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, presidió el acto de descubrimiento de un monolito que el homenajeado ha querido interpretar como "un monumento a la amistad". En una de las esquinas del céntrico Campo de San Francisco de la capital asturiana, el semblante y el gesto del conde de Latores han quedado inmortalizados en un bronce de 300 kilos de peso y 1,90 metros de altura, obra del escultor Víctor Ochoa, que ya esculpió con anterioridad los bustos del Rey y de su padre, el conde de Barcelona. Fernández Campo no ocultó su emoción por el homenaje, promovido por un grupo de amigos de su ciudad natal, encabezados por el empresario José Cosmen Adelaida, pero tampoco renunció al sentido del humor que ha de caracterizar a todo buen asturiano, condición de la que el general hace gala y admite como timbre de honor. De modo que si su voz se quebró en algún momento de su sentida alocución, sus palabras también tuvieron la capacidad de suscitar la sonrisa en el Príncipe, quien ayer inició una visita de tres días al Principado, donde esta tarde presidirá la ceremonia de entrega de los premios Príncipe de Asturias.-

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