Clinton amenaza a Bill Gates con una multa de 150 millones diarios por monopolio en Internet

El Gobierno de EE UU juzga abusiva la posición de Microsoft en el acceso a la red

El Departamento de Justicia de EE UU, la instancia competente en legislación antimonopolio, se puso ayer serio con Microsoft y pidió a un juez la medida más dura hasta la fecha contra la empresa de Bill Gates: que se le imponga una multa de un millón de dólares (150 millones de pesetas) diarios hasta que abandone sus, abusivas prácticas de mercado. El varapalo con que amenazó ayer personalmente la titular de Justicia, Janet Reno, se resolverá en los tribunales, pero por ahora es la mayor advertencia de la Administración de Bill Clinton al líder mundial en software (programas).

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El Departamento de Justicia de EE UU, la instancia competente en legislación antimonopolio, se puso ayer serio con Microsoft y pidió a un juez la medida más dura hasta la fecha contra la empresa de Bill Gates: que se le imponga una multa de un millón de dólares (150 millones de pesetas) diarios hasta que abandone sus, abusivas prácticas de mercado. El varapalo con que amenazó ayer personalmente la titular de Justicia, Janet Reno, se resolverá en los tribunales, pero por ahora es la mayor advertencia de la Administración de Bill Clinton al líder mundial en software (programas).

Janet Keno afirmó ayer que "Microsoft está aprovechándose ilegalmente de su monopolio de Windows para proteger y extender ese monopolio". Se trata de un paso más en la larga investigación que el Gobierno realiza sobre diversos aspectos de la actividad de Microsoft, pero supone desde luego un capítulo culminante en la batalla por definir el estándar de acceso a Internet.Lo que hizo ayer Janet Reno fue denunciar ante un tribunal federal que Microsoft ha desobedecido una orden judicial de 1995 destinada a impedir su monopolio en el mercado de los navegadores de Internet. En agosto de ese año, Microsoft lanzó su sistema operativo Windows 95, en el cual iba preinstalada una versión de su propio navegador de Internet, llamado Internet Explorer. Eso significaba que los compradores de Windows 95 iban a tener mucho más difícil instalar el navegador de la competencia, Netscape. Se trataba de una pequeña trampa para que usuarios poco expertos se quedaran con el Explorer por defecto, pero el Departamento de Justicia lo consideró intolerable.

Y lo que es más importante, un tribunal prohibió esta práctica. Con poco éxito, puesto que desde entonces Microsoft, aprovechando su posición dominante en el mercado, ha seguido exigiendo a los fabricantes de ordenadores que preinstalen su sistema operativo Windows 95 con el navegador Explorer incluido. Se estima que un 80% de los ordenadores personales en Estados Unidos y en el mundo utilizan ese sistema operativo. Microsoft también planea preinstalar el Explorer 4.0 en su nuevo sistema operativo Windows 98.

El navegador es la herramienta que permite a los usuarios acceder a Internet y visualizar las páginas de las webs. En la práctica, lo que ocurre actualmente es que cuando una persona adquiere en un establecimiento un ordenador dotado del sistema operativo Windows 95, quiéralo o no, se encuentra instalada asimismo en su disco duro la última versión del navegador Explorer y, en su escritorio, el icono correspondiente que le permite acceder directamente a Internet. De esta forma, se dañan los intereses comerciales de otras empresas de navegadores, como es el caso de Netscape, cuya versión 4.0 ya se encuentra en el mercado. O bien el usuario es un experto en informática y sabe como desinstalar el Explorer y sustituirlo por el Netscape Navigator o, como suele ser lo más frecuente, prefiere no complicarse la vida y accede a Internet con el navegador que acompaña a Windows 95, es decir, otro producto más de Microsoft.

El jefe de la división antimonopolio del departamento de Justicia, Joel I. Klein, compareció ayer en rueda de prensa para denunciar que "forzar un producto de esta manera es un abuso de poder y vamos a ponerle fin". Klein indicó que el navegador Explorer es un producto distinto y diferenciado de Windows 95, y que debe competir por mérito propio. Es decir, que se puede regalar, pero que no se puede forzar su inclusión por parte del fabricante, como hace Microsoft, bajo amenaza de no dejar a los fabricantes de ordenadores preinstalar su Windows 95. En la demanda judicial, el Departamento de Justicia también solicita que se obligue a Microsoft a incluir instrucciones sobre cómo quitar el icono del Explorer e instalar otro.

La Administración de EE UU supo esperar al momento adecuado para anunciar esta acción: ayer por la tarde Microsoft iba a hacer públicos sus beneficios del último cuatrimestre, y a la una de la tarde, tres horas antes del cierre, sus acciones bajaban más de un 3% en Wall Street. Por el contrario, Netscape, el principal competidor de Microsoft en el mercado de navegadores, cotizaba al alza en torno al 17%. Microsoft, que habitualmente niega toda alegación de intento de monopolio, tiene 11 días para responder a esta acción del Departamento de Justicia, aunque un portavoz ya ha declarado que la empresa está actuando dentro de la legalidad.

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