Crítica:CLÁSICA

Gran orquesta 'de bolsillo'

Si brillante ha sido el comienzo de los ciclos de Ibermúsica, también las Juventudes Musicales de Madrid inauguraron su sede extraordinaria con matices de excepción y a la sombra de la Filarmónica de Berlín. Fueron sus solistas barrocos los protagonistas de un programa tan atractivo como magistralmente interpretado. Cuatro concertinos y solistas de la orquesta berlinesa formaron junto a ocho colegas la singularísima "orquesta de bolsillo" que hemos admirado ahora. Son esos solistas, el concertino de la orquesta Rainer Kussmaul, el también violinista Rainer Sonne, el cabeza de violas Wolfrani C...

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Si brillante ha sido el comienzo de los ciclos de Ibermúsica, también las Juventudes Musicales de Madrid inauguraron su sede extraordinaria con matices de excepción y a la sombra de la Filarmónica de Berlín. Fueron sus solistas barrocos los protagonistas de un programa tan atractivo como magistralmente interpretado. Cuatro concertinos y solistas de la orquesta berlinesa formaron junto a ocho colegas la singularísima "orquesta de bolsillo" que hemos admirado ahora. Son esos solistas, el concertino de la orquesta Rainer Kussmaul, el también violinista Rainer Sonne, el cabeza de violas Wolfrani Crist y el de violonchelos Georg Faust. Todos ellos tocan con instrumento de extraordinario valor: Stradivarius, Warnerius y Vaullaume.Ante una sala colmada, que no cesó en sus aplausos y bravo , S , los solistas barrocos desarrollaron un repertorio muy querido por el gran público: Albinoni, Vivaldi, Telemann y Boquerini. Tomasso Albinoni "músico de violín, dilentante ve neto", tan profundamente investigado por Remo Giazotto en los años cuarenta, se alza en el panorama de la escuela veneciana por sus acentos de nobleza y melancolía así como por la moderación de sus soluciones virtuosísticas que tendrán en Vivaldi una expresión más decorativa y vivaz.

Solistas barrocos de la Filarmónica de Berlín

Obras de Vivaldi, Albinoni, Boquerini y Telemann. Auditorio Nacional, 9 de octubre.

De Vivaldi y sus Cúatro estaciones poco hay que escribir, tan asumidas como están por los públicos multitudinarios de cualquier lugar. Como es sabido, los cuatro conciertos se inspiran en otros tantos sonetos de autor anónimo y fueron escritos aproximadamente en 1725. Constituyen un ejemplo temprano de descriptivismo a la vez poético y casi minucioso pero sin embargo puede olvidarse el asunto para admirar, sin más, la pura belleza objetiva, la admirable continuidad de la andadura y la gracia de este Goldoni de la música.

Tanto por la obra como por la interpretación del solista de viola, el Concierto en sol mayo . r presenta una variante del estilo general de Telemann, mientras Boquerini, con Scarlatti, el más importante músico italiano madrileñizado, nos llegaba a través del Concierto . para violonchelo en re mayor. Escrito cuando preparaba o comenzaba su residencia en nuestra Corte, puede servir como modelo de estilo sin que falte, en el final, cierto aire hispanizante. Si, a la maestría de los solistas añadimos el interés del programa, será fácil, explicarnos la reacción, encendida, de la audiencia.

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